Andrés Manuel López Obrador (foto), que asumirá como presidente de México el 1 de diciembre, anunció ayer la cancelación del mayor proyecto de infraestructura de su antecesor, Enrique Peña Nieto: la construcción del nuevo aeropuerto internacional de Ciudad de México, iniciada en 2015.
“La decisión es obedecer el mandato de los ciudadanos”, dijo López Obrador después de someter el proyecto a una consulta popular informal de cuatro días. El anuncio de la cancelación provocó críticas del sector empresarial. El líder izquierdista aseguró que se garantizarán las inversiones ya comprometidas y que se respetarán los contratos, que podrán ser sustituidos por obras para el nuevo proyecto. “No hay nada que temer”, dijo, y afirmó que los vaivenes en los mercados serán pasajeros.
El proyecto actual de unos 13.300 millones de dólares lleva un avance de un 20 por ciento. Será sustituido por otro, sustentado en tres ejes, que echa mano de otros aeropuertos para resolver la saturación del actual. López Obrador modernizará el presente aeropuerto, construirá dos pistas adicionales en la base militar de Santa Lucía –que está a 40 kilómetros– y reaprovechará el subutilizado aeropuerto de Toluca, vecino a la capital. “En términos económicos, el gobierno federal se va a ahorrar con esta decisión inteligente, sabia, de los ciudadanos alrededor de 5200 millones de dólares”, afirmó el electo mandatario en una conferencia de prensa.
Ya durante su campaña Obrador había dicho que quería ponerle fin a la obra, pero ante la presión empresarial convocó a la consulta para “democratizar” la decisión y que fuera la gente la que se pronunciara. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, cuestionó la medida y dijo que “envía un mensaje de incertidumbre”. “El mensaje no es un mensaje de certeza ni de confianza”, expresó.
La construcción se lleva a cabo en un área de 4600 hectáreas en una zona donde estuvo antiguamente el lago de Texcoco, seco desde el siglo XX. Ambientalistas habían advertido sobre los riesgos de construir un aeropuerto en ese lugar por el hundimiento del terreno y porque el área funciona como vaso regulador para evitar inundaciones. El futuro presidente dijo que en tres años se podrá dar ya una respuesta a la saturación de la actual Terminal aérea. Agregó que se convertirá la zona del lago de Texcoco, en un gran centro ecológico-deportivo.