La obra Sunset Boulevard, la más nominada, fue también la más destacada en la noche del lunes, en la ceremonia de los premios que entrega la Asociación de Cronistas del Espectáculo (ACE) y en la que obtuvo nueve estatuillas. Juan Leyrado recibió la estatuilla de oro por su trabajo en Un enemigo del pueblo, que también le valió el premio a mejor actor protagónico de drama y/o comedia dramática. El acto ocurrió a partir de las 22 en el Teatro El Nacional y fue transmitido en vivo por la Televisión Pública, con la conducción a cargo de Gabriela Radice. Aunque varios de los ganadores aludieron al momento “particular” que atraviesa el teatro argentino, no abundaron los discursos marcadamente políticos.
Fue precisamente Leyrado uno de los que se pronunció de manera más explícita, haciendo alusión, incluso, a la degradación del Ministerio de Cultura en Secretaría. Al recibir el premio como actor protagónico, manifestó: “Estoy esperanzado en todos nosotros, que desde la cultura vamos a seguir construyendo lo que el país necesita. Ojalá vuelva a tener el lugar que tiene que tener: un ministerio. Sin cultura, votemos a quien votemos, esto no va a funcionar. Tenemos un problema inmenso. Ojalá sigamos construyendo nuestro pensamiento propio, y que nos sirva para iluminar un poco esta oscuridad y dejar de ser pensados”. Cuando Santiago Doria –ganador del ACE de oro el año pasado– le dio la estatuilla más importante, el actor agradeció el hecho de haberse dedicado a la actuación. “Sigo alargando la infancia, el juego”, concluyó con emoción.
La Asociación reconoció las producciones destacadas en el marco de la temporada 2017-2018. En los últimos dos años, el acto de premiación había sido transmitido por C5N, rompiendo con una tradición de quince años: su transmisión por la TV Pública, que este año volvió a suceder. La gran ganadora fue Sunset Boulevard, de Andrew Lloyd Webber, reconocida en las categorías mejor musical, mejor actuación femenina en music hall y/o café concert (Lynch); actuación masculina en ese género (Chiesa); director de musical (Claudio Tolcachir); dirección musical (Gerardo Gardelín); coreografía (Elizabeth de Chapeaurouge); escenografía (Jorge Ferrari); iluminación (Mariano Demaría) y vestuario (Renata Schussheim).
Ver y no ver fue doblemente reconocida, por la labor de Graciela Dufau (actriz protagónica en drama y/o comedia dramática) y la de Hugo Urquijo (director de drama y/o comedia dramática). Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen y con adaptación de Lisandro Fiks, fue destacada en la categoría drama y/o comedia dramática, aparte del trabajo de Leyrado. Un material muy premiado fue Millones de segundos, de Diego Casado Rubio (siempre en teatro alternativo, mejor obra y actriz, para Raquel Ameri). Este creador compartió el reconocimiento a director de teatro alternativo con Alejandro Viola, de Monte Chingolo. Y por este texto, Viola y Leonel Giacometto recibieron la distinción como autores argentinos.
El test, de Jordi Vallejo, en versión de Daniel Veronese, recibió dos distinciones: actor protagónico en comedia (Jorge Suárez) y mejor comedia, rubro en que compartió estatuilla con ¿Qué hacemos con Walter?, de Juan José Campanella y Emanuel Diez. El jurado reconoció el trabajo del cineasta como mejor director de comedia y como actor de reparto premió a Fabio Aste, de ese espectáculo. Así se metió también en el lote de los más premiados. Dos galardones obtuvo Ejercicios fantásticos del yo, dirigida por Nelson Valente: revelación masculina (Lucas Crespi) y producción (Sebastián Blutrach). Otros premiados fueron: Carola Reyna, por Sin filtro (actriz protagónica en comedia); Fabián Vena, por Conferencia sobre la lluvia (actuación en obra para un solo personaje); Roberto Moldavsky, por Moldavsky sigue suelto (actuación en humor); Amado mío, de Valeria Ambrosio (music hall y/o café concert); Diego Mizrahi, por Berlín en Buenos Aires (música original); Las mil y una noches, de Luis Rivera López y Libertablas (infantil); Laurita Fernández, por Sugar (revelación femenina); y Fito Yanelli, por Bacacay (revelación masculina). Las menciones especiales fueron para La Galera, el grupo que dirige Héctor Presa; Carlos y Tomás Rottemberg; la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET); y Luis Rivera López y la cooperativa Libertablas.
En sus discursos, varios ganadores aludieron al “particular” momento que atraviesa el país y también el sector cultural, pero sin ahondar en detalles. Después de las palabras de Leyrado, Urquijo decidió aprovechar su momento. “Nuestra alma como seres de la cultura está seriamente amenazada”, advirtió. “He escuchado poco hablar de esto esta noche. El corazón de la cultura en nuestro país está seriamente amenazado. Se han anunciado las medidas en cuanto al presupuesto, y son realmente desalentadoras. No sólo por la manera en que incide la inflación, sino también por el recorte”, precisó, y mencionó ámbitos puntuales, como el de las orquestas y las bibliotecas populares, que podrían ser de los más golpeados. Por su parte, Blutrach lamentó los premios que perdió el teatro, sin nombrarlos (son el Florencio Sánchez y el María Guerrero), al tiempo que destacó la continuidad de los ACE, que se entregan anualmente hace más de 25 años.
“Hace 40 años que estamos peleando. Es dura la pelea. Somos un grupo que apuesta al trabajo cooperativo, en sentido humano, artístico y económico. En un momento en que parece que estos no son los valores que cunden por nuestra América, nosotros resistimos”, remarcó Rivera López en el marco de la distinción a Libertablas. El grupo instó a defender la Ley Nacional del Teatro. Tolcachir no estuvo presente pero envió un mensaje a través de su padre, Isidoro: “Que resista el teatro aunque nos tiren con todo. Es nuestro refugio y forma de vivir”.
Antes de que llegara el momento del Oro, como es habitual, la presidenta de la Asociación, Nora Lafón, dio su discurso. “No voy a decir todo lo que pienso en este momento porque lo vine diciendo hace mucho”, expresó, y celebró la realización del primer Encuentro de Arte y Ciencia (ECA), que se realizó ayer e incluyó un homenaje a Teatro Abierto. “El teatro nos hace reflexionar; nos abre la cabeza. Reconocemos que hay un mundo posible pese a cualquier cosa. Es momento de abrazarnos y pensar. Hay una cosa que tenemos como pueblo: tenemos alegría, voluntad y pasión. Una pasión que no se puede comparar en ningún lado, que es inherente a nuestro pueblo. Vamos a resistir lo que pueda pasarnos, por esta fuerza y esta pasión que tenemos y hemos demostrado frente a situaciones muy graves”, sostuvo, y pidió un aplauso para todos los presentes por “defender al teatro” en momentos difíciles.