El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, hizo ayer referencia durante su participación en el Foro de Davos a los principales puntos que integran el típico manual de la ortodoxia. En un panel sobre comercio mundial aseguró que la Argentina “abraza la globalización” y defendió una mayor apertura de la economía. Más tarde, en una entrevista a la cadena estadounidense CNN revalidó el compromiso de reducir drásticamente el déficit fiscal, bajar impuestos e incrementar el gasto en infraestructura. “No hay que esperar cambios en 2017 en lo que estamos haciendo respecto de (lo realizado en) 2016”, dijo el mediático funcionario. El único punto que rechazó de esa agenda que se asemeja a la del Consenso de Washington, al menos desde el discurso, fue impulsar la flexibilización laboral, pese a que el Gobierno viene trabajando intensamente en esa dirección con acuerdos entre patronales y sindicatos, aunque prefiere denominarlo “modernización de las relaciones laborales”. También negó caídas en el empleo público.
Con el guión bien aprendido, Dujovne fue a la pequeña y pintoresca ciudad suiza en busca de apoyo de la comunidad empresaria al programa de reforma económica que aplica el macrismo. Las primeras definiciones fueron en un panel sobre los desafíos que se presentan ante la amenaza del regreso a un mayor proteccionismo en el mercado mundial, en el que participaron sus pares de Alemania, Sudáfrica y Turquía. “Argentina estuvo prácticamente cerrada en los últimos doce años y como resultado hubo un incremento de la pobreza. Ahora tenemos que afrontar un 30 por ciento de pobreza”, dijo Dujovne, sin recordar que en 2003 la pobreza llegaba al 50 por ciento y desentendiéndose de los más de 200 mil despidos durante el primer año de gestión de Cambiemos. Esta semana el Indec confirmó la destrucción de 127 mil puestos en los primeros nueve meses de 2016.
“El nuevo gobierno está tratando de abrir la economía otra vez, recibir los beneficios y generar un crecimiento más inclusivo”, dijo Dujovne. “Tenemos que incrementar la inversión en infraestructura, en capital humano, y poner en pie un sistema fiscal eficiente que erradique la economía informal. Un tercio de la población trabaja sin ningún tipo de protección”, remarcó en referencia al empleo informal.
Pese a la apertura comercial que aplicó Cambiemos durante 2016, que dañó gravemente a varios sectores productivos, para Dujovne la economía argentina sigue siendo cerrada. “En esto vamos removiendo las barreras, de a poco, pero estamos partiendo de un punto donde estamos muy cerrados”, detalló.
Más tarde dio una entrevista a la CNN, en la que aseguró que el Gobierno no fija sus políticas al ritmo del calendario electoral, con lo cual buscó despejar dudas respecto del compromiso oficial en la lucha contra el déficit fiscal. Reiteró que ese objetivo es “irrenunciable”. “Nuestra estrategia tiene que combinar elementos de reducción del déficit, de baja de impuestos y también de mejora de la participación del gasto en infraestructura dentro del gasto total”, adelantó Dujovne. Se manifestó además confiado en que el blanqueo le aportará recursos a la Argentina por “más de 20 puntos del PIB, que van a generar crédito de largo plazo, con baja del costo, y dará una base de financiamiento de largo plazo para las familias”.
Rechazó, por otra parte, que el Gobierno impulse una flexibilización laboral: “Se está trabajando en acuerdos, como el que se logró en (el yacimiento neuquino de) Vaca Muerta, con las empresas y los trabajadores, en donde todos ganan, incluso el Gobierno. Eso no es una flexibilización laboral, sino un acuerdo entre sectores y esa va a ser la estrategia del Gobierno”. Es decir, la flexibilización alcanzada en ese sector debería ser la norma para el resto de la economía, aunque el ministro busque esquivar que se lo describa con ese nombre. En materia impositiva, aseguró que existen muchos impuestos distorsivos y un nivel muy bajo de infraestructura. “En 2016, la Argentina rebajó impuestos distorisvos por casi dos puntos del PIB”, puntualizó Dujovne y mencionó, entre ellos, los que “trababan” las exportaciones, en referencia a las retenciones. Por último, negó que el tipo de cambio se encuentro sobrevaluado. “Vamos a seguir trabajando en normalizar la economía y volver a la Argentina un país normal”, completó su intervención televisiva.