“Hoy es un día muy difícil porque me toca despedirme de un lugar del que no quiero despedirme. Esto es al revés del ‘me quiero ir’. La verdad es que acá yo ‘me quiero quedar’”, aseguró ayer el ahora ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, durante un acto que organizó en la planta baja de la sede central de la entidad para despedirse del personal. Antes de empezar, se lo notó visiblemente emocionado y con los primeros aplausos rompió en llanto. En ese momento se acercó su vicepresidente, Enrique Szewach, para darle un abrazo y luego el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo. Ya un poco más calmado aseguró: “Y pensar que algún día me dijeron el día que te vayas te van a putear todos”. Luego fue cuando reconoció no sólo que fue despedido por el presidente Mauricio Macri sino que no quería irse.
Melconian fue desplazado por Javier González Fraga en un intento por homogeneizar más el discurso económico. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, le pasó factura por algunas críticas que realizó, primero en privado y luego en público, sobre el camino que eligió transitar el Gobierno en materia económica. Pese a esas diferencias, ayer el economista buscó remarcar su alineamiento con Mauricio Macri, con quien el miércoles se reunió en privado. “Mi compromiso de soldado incondicional es con el Presidente. Un soldado incondicional ocupa el lugar que el líder del espacio le transmite. Yo miro para adelante”, sostuvo en declaraciones radiales. Melconian había sido uno de los candidatos a ser ministro de Economía y algunos analistas interpretaron que el Nación era un banco de suplentes hasta que pudiera ser ministro. Ahora seguirá esperando, pero ya afuera del Gobierno.