El ricercare es una forma musical propia del Renacimiento y presente en el Barroco, aunque en ese período el ricercare polifónico tendió a subsumirse en la fuga. El mismo Bach incluyo un ricercare en su Ofrenda musical.
Ricercare, en italiano, significa también buscar, volver a buscar, descubrir. La palabra suena parecida a otra del ámbito náutico: recalada, que designa la aproximación de un barco a una costa. “La Recalada y la Partida marcan el rítmico vaivén de la vida del marino y de la carrera de un barco”, escribió Joseph Conrad en El espejo del mar (1923). “En ninguna parte se hunden los días, las semanas y los meses en el pasado más rápido que en el mar. Parecen quedar atrás con tanta facilidad como las burbujas en los remolinos de la estela, y desvanecerse en un gran silencio por el cual se avanza con una suerte de mágico efecto. Pasan y desaparecen los días, las semanas, los meses. Nada, salvo un temporal, puede perturbar la ordenada vida del barco, y el hechizo de inalterable monotonía que parece haber caído sobre las voces mismas de sus tripulantes se ve roto sólo por la cercana perspectiva de una Recalada”.
¿Podría contarse una recalada como un ricercare? Una trama de voces. Una serie de movimientos a lo largo de los cuales se persiguen, se contestan, discuten y se imitan el agua, la tierra y el cielo, el pasado, el presente y el futuro, la memoria y el deseo, el día y la noche.