Nahuel Morales, el primer detenido por el crimen de Tandil, confesó y responsabilizó a sus cómplices: “El plan era robarle, pero Rami y Tami lo mataron”. El joven declaró ante el fiscal Gustavo Morey, quien investiga el asesinato de Jorge Bustamante, de 24 años, encontrado el domingo en una zona rural cercana a Tandil. En la madrugada de ayer, dos jóvenes fueron detenidos y Morales los acusó de haber matado a Bustamante.
“Morales contó que el plan original era un robo contra Bustamante, se despegó del homicidio e identificó a los nuevos detenidos como los autores materiales del crimen”, afirmó el fiscal general de Azul, Marcelo Sobrino.
Ayer, agentes de la Subdelegación de Investigaciones de Tandil detuvieron a Angel Tami y Javier Ramírez, sospechados de estar involucrados en el crimen de Bustamante. Ambos tienen antecedentes penales por robo de acuerdo a registros provinciales. La policía habría encontrado las zapatillas de Bustamante cuando allanó el domicilio de Tami.
El lunes, durante la indagatoria, Morales confesó que él y los nuevos detenidos citaron a Jorge para un encuentro en el que lo asaltarían. Cuando intentaron robarle, la víctima se defendió. “Lo tiraron al piso y le pegaron con la rueda de auxilio en la cabeza”, afirmó Morales ante el fiscal Morey.
Las declaraciones coinciden con la autopsia que se le hizo al cuerpo. Según el informe realizado en la morgue de La Plata, Bustamante murió producto del ahorcamiento por lazo de un cinturón de cuero con hebilla metálica que fue encontrado alrededor de su cuello. Además, los primeros peritajes indicaron que el cuerpo presentaba una “severa contusión craneana”. Esto concuerda con la versión de Morales.
Tami y Rodríguez deberán declarar ante el fiscal. Ambos están imputados por homicidio criminis causa: habrían asesinado a Bustamante para ocultar el robo. Por este crimen, les correspondería prisión perpetua. Por su parte, Morales está acusado de homicidio en ocasión de robo porque no habría tenido intención de matar a la víctima, como sí tuvieron sus cómplices, y podría recibir una pena de entre 10 a 25 años de cárcel.
Bustamante salió de su casa el miércoles a la 1.30 de la madrugada en su Fiat Palio. Imágenes de una cámara de seguridad lo registraron minutos después hablando por teléfono en una estación de servicio. Los peritajes determinaron que la víctima hizo una llamada de seis minutos a Morales, durante la cual habrían arreglado el encuentro.
A través de cámaras de seguridad, los investigadores determinaron que a las 3.42 el auto de Bustamante ingresó por la ruta 30. Luego, siguió por Suárez García y dobló por Azucena hasta Galicia, donde fue abandonado. Las imágenes no permitieron revelar la identidad del conductor del vehículo. El Fiat Palio parecía estar siguiendo a una moto con un solo ocupante, la cual, minutos después, vuelve en sentido contrario pero con dos personas.
Los investigadores no descartan que los asesinos pusieran el cuerpo de Bustamante en el baúl de su auto para luego tirarlo al arroyo Langeyú. Cinco días después del crimen, un pescador encontró el cuerpo en el arroyo a 20 kilómetros del centro de la ciudad. “Parecía un muñeco de trapo”, dijo el pescador.
El lunes, familiares y amigos de Bustamante marcharon en Tandil para pedir justicia por el joven. “Queremos pedir justicia, que paguen los que le hicieron esto porque sufrió un montón”, sostuvo una amiga de la víctima.