Muchos años antes de que la palabra travesti se dijera en femenino y mucho antes de que Ru Paul fuera una reina, ya Vanessa Show se pintaba frente al espejo del camerino, se soltaba el cabello y se vestía de reina para brillar en el cielo de lentejuelas de los escenarios de La Boca. Y lo más importantes es que estaba la cámara clarividente de Marie Louise Alemann (1927-2015) para registrarlo. Lo que se va a ver aquí es la previa del espectáculo de travestis “Europa en Buenos Aires” en el bar Oráculo en pleno auge de la Triple A.
Sin dudas una de las perlas de esta edición del Festival Asterisco es el valioso rescate emprendido por Federico Windhausen de la obra de la madre de Katja Alemann. Y en ella destaca el corto Vanessa (1974), cuyo rollo Súper 8 fuera encontrado en los estantes de los armarios de Marie Louise tras su muerte. Winhausen llegó a este material gracias a una exhibición de fotos del Archivo de la Memoria Trans Argentina organizado por María Belén Correa en el Museo Haroldo Conti.
En el film la cámara de Alemann se detiene en el rostro de Vanessa mientras se maquilla frente al espejo del camarín, captura los rituales antes de su devenir mujer. También se regodea entre los vestidos y las plumas que formaran parte de su mutación de género. Alemann registra ese momento como antesala de las salidas de Vanessa al escenario primero cual arrebolado maestro de ceremonias y luego en sus diferentes entradas al show cada vez más seductoramente travestida, tan pronto con peluca rubia, en luminoso vestido blanco, con plumas divinas o deliciosamente erótica en breve bikini con brillantes. Asimismo la imagen oscila entre los ensayados gestos femeninos, libidinosos y de diva de Vanessa frente al espejo y las salidas al show, espléndida, entre luces setentosas. De esa y de otras maneras –la recurrencia de los cuerpos en movimiento y de las máscaras, por ejemplo– como una Judith Butler avant la lettre, Alemann da cuenta del género como performance y como artificio así como también de la flexibilidad, la ambigüedad y la contingencia de las identidades.
En épocas en que tal como me relató Vanessa el término celular no aludía al teléfono sino al vehículo policial con el que se llevaban a cabo las más encarnizadas persecuciones de las que las travestis eran víctimas propiciatorias, el espectáculo –en el que se respira un subversivo aire de fiesta- es testimonio de la radicalidad y la persistencia de la lucha travesti y constituye un homenaje a Vanessa, a otras tantas que aparecen en el filme y que quizás no hayan sobrevivido y a la genialidad de la directora.
Vanessa (Alemann, 1974) Asterisco Festival Internacional de Cine LGBTIQ- Malba Cine, 2 de noviembre, 18 horas. Contará con la presencia de Vanessa Show.