El juez Sergio Moro, quien lideró la operación Lava Jato y envió a 12 años de prisión al ex presidente Lula Da Silva sin pruebas concretas, se convertirá en el ministro de Justicia y Seguridad Pública del presidente electo de Brasil Jair Bolsonaro. El encarcelamiento y proscripción del político más popular del país le abrió el camino al ultraderechista para obtener la presidencia y ahora eso será recompensado con un cargo.

“Acepté la honrosa invitación”, aseguró el magistrado a través de un comunicado a la prensa, después de reunirse personalmente durante dos horas con el ex militar en la residencia del presidente electo en Barra de Tijuca. El adversario político del Partido de los Trabajadores adelantó que el foco principal su gestión será “el combate del crimen organizado y el lavado de dinero”.

 

Moro, quien intentó erigirse como un “emblema anticorrupción” en los últimos años, señaló que con “cierto pesar” tendrá que abandonar “22 años de magistratura” para aceptar  la propuesta que Bolsonaro le había hecho llegar incluso antes de resultar electo. “Sin embargo, la perspectiva de aplicar una fuerte agenda anticorrupción y anticrímen organizado, con respecto a la Constitución, la ley y los derechos, me llevaron a tomar esta decisión”, indicó el juez que le negó a Lula sin fundamentos todos los recursos que presentó tras su detención.

“En la práctica, significa consolidar los avances contra el crimen y la corrupción de los últimos años y apartar riesgos de retrocesos por un bien mayor. La Operación Lava-Jato seguirá en Curitiba con los valerosos jueces locales”, continuó el texto del magistrado.

Moro fue el cerebro del Lava Jato y desde ese lugar encarceló a empresarios y políticos, enfocándose especialmente en ex dirigentes del PT. Los arrestos muchas veces tomaron como pruebas válidas solamente las llamadas “delaciones premiadas” de los propios acusados, que al señalar a otros conseguían mejoras en su situación procesal.

El objetivo final fue el arresto de Lula, que finalmente Moro concretó al acusarlo por supuestamente haber recibido un departamento en el balneario de Guarujá de parte de la constructora OAS. Sin embargo, la condena llegó sin que existiera un solo registro de propiedad del inmueble a nombre del ex mandatario.

Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2011, iba a ser candidato en las elecciones que se celebraron en octubre y aparecía como favorito en todas las encuestas. A principios de abril Moro ordenó su arresto, luego de que el Tribunal Regional Federal 4 ratificara la sentencia dispuesta por el juez e incluso la ampliara de 9 a 12 años de prisión.

El ex mandatario se entregó y desde entonces permanece encarcelado en Curitiba. Mantuvo su candidatura hasta último momento, cuando fue proscripto por la Justicia electoral y designó a quien era su compañero de fórmula, Fernando Haddad, como el postulante del Partido de los Trabajadores. Haddad llegó a la segunda vuelta con Bolsonaro, pero allí el militar retirado, confeso misógino, homofóbico y racista, se impuso con el 55 por ciento de los votos.