La fiscal Valeria Haurigot imputó como cómplices primarios de asociación ilícita, estafa e incumplimiento de deberes a cinco empleados de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), por conexiones ilegales y adulteración de medidores. Los acusó de ser “proveedores oficiales de impunidad”. Uno de ellos, Osvaldo González, aprovechaba su cargo de jefe de red subterránea, dentro de la empresa, y “asistía” a Víctor Corigliano, sindicado jefe de la banda delictiva --uno de los imputados que no es empleado-- con aporte de datos necesarios para las maniobras. Otros dos hombres fueron sindicados como miembros y un noveno permanece prófugo. La estafa consistía en cobrar por instalación y abono mensual, por fuera de la distribuidora. Entre los clientes hay un salón de fiestas de Tierra de Sueños, supermercados y una pollería. La jueza Silvia Castelli aceptó las imputaciones y ordenó la libertad con restricciones y caución de 50 mil pesos.
Haurigot atribuyó a los ocho detenidos haber actuado desde 23 de mayo de 2018 hasta su detención, el martes pasado. “Haber formado parte de una asociación ilícita destinada a la preparación, planificación y ejecución de estafas contra la EPE por medio de adulteración o conexiones irregulares, para lograr bajo o nulo consumo”, dijo. Los clientes eran dueños de casa particulares y negocios, que contrataban y pagaban la conexión más una cuota mensual consistente en porcentaje del consumo ahorrado que era controlado por los miembros.
La fiscal detalló que Corigliano era jefe de la banda, quien tenía relación con González, Esteban Piacquadio, Adriano Cuello, Pedro Manauta o Guillermo Maiorana, quienes se encontraban prestando funciones en la EPE. “Prestando funciones en la empresa dieron cooperación y omitieron informar las maniobras ilegales realizadas por otros”, dice la acusación. Maiorana es gestor comercial en una de las oficinas (calle Mendoza) de la gerencia comercial. “Tiene acceso al sistema informático y a los datos de consumo”, precisó. Piacquadio es subordinado de González, lo reemplaza cuando éste no está disponible y tenía una comunicación asidua con Corigliano. Manauta es jefe de Inspecciones y Conexiones en las oficinas de calle Mitre. “Realizaba inspecciones sin que salgan las clandestinidades a la luz”. Cuello era operario o capataz de cuadrilla de redes, según enumeró la fiscal.
Haurigot detalló que los delitos se realizaron de manera constante y que los imputados lo consideraban como “un trabajo paralelo”.
Además del jefe de la asociación ilícita, Corigliani, otros dos detenidos tampoco son empleados de la empresa. Gabriel Ribba y Eduardo Blando fueron acusados como miembros de la banda y estafa agravada.