El trabajo infantil y adolescente está atravesado por los mismos sesgos de género que los mercados formales e informales del trabajo adulto. La Encuesta relevó que “mientras que los varones se encuentran más vinculados con el desarrollo de actividades mercantiles y de autoconsumo, las niñas y adolescentes participan en mayor medida de las actividades domésticas intensivas, reflejando patrones culturales de división sexual del trabajo que tienden a replegarlas” en el ámbito doméstico. Estas tendencias se registraron en todas las regiones del país.
En entornos urbanos, niños y adolescentes suelen estar involucrados en actividades “relacionadas con el trabajo en negocios, talleres u oficinas por dinero (para el 39,9 por ciento de los niños y niñas y el 37,9 por ciento de los adolescentes que trabajan) y la construcción y reparación de viviendas entre los varones más grandes (el 29,5 por ciento de los adolescentes)”. Entre las adolescentes urbanas, “se destacan el cuidado de niños y personas mayores o enfermas, la limpieza de casas y la elaboración de comidas o productos para vender, concentrándose en estas actividades cerca del 40 por ciento de su trabajo”. El 12,5 por ciento de las niñas urbanas “cuidan a niños, personas mayores o enfermos fuera de su hogar por dinero, asumiendo responsabilidades que no son acordes a la etapa del ciclo de vida por la que transitan”.
Los datos dicen que “las brechas de ingresos laborales entre mujeres y varones adultos comienzan en la niñez y se profundizan en la adolescencia: mientras que las niñas –tanto urbanas como rurales– ganan un salario medio 22 por ciento inferior al de sus pares varones, entre las adolescentes la brecha salarial se intensifica. El salario medio de una adolescente urbana es un 40 por ciento inferior al de los varones, mientras entre sus pares rurales la brecha alcanza al 58 por ciento”.
A la vez, chicas y chicos parecen imaginar de maneras diferentes sus futuros. En entornos rurales y urbanos, “las niñas y adolescentes tienen mayor propensión a solo estudiar y sus pares varones a solo trabajar al cumplir los 18 años de edad”.