Luego de varios años de idas y vueltas y de que finalmente la Legislatura porteña aprobara en segunda lectura el proyecto para renovar el Autódromo Oscar y Juan Galvez, ubicado a la vera del Riachuelo, en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, esta mañana el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta presentó los planes oficiales que incluyen la cesión de las tierras públicas a empresas concesionarias de autos por 25 años.
"Queremos desarrollar alrededor del autódromo una gran zona comercial que genere miles de puestos de trabajo", dijo Rodríguez Larreta en la presentación junto a Andrés Freire, ministro de Modernización, Innovación y Tecnología de la Ciudad.
Según la iniciativa oficial, aprobada el 7 de diciembre con 40 votos a favor, el proyecto de renovación “favorecerá el desarrollo humano, económico y urbano del sur de la ciudad” y le devolverá a las pistas su lugar central en los “calendarios mundiales” del automovilismo y motociclismo.
El plan diferencia dos sectores dentro de las 180 hectáreas que abarca el autódromo: una zona deportiva, donde estarán la pista, las tribunas y los boxes, en total unas 139 hectáreas, y una zona no deportiva, donde se instalarán bares y locales de comida, concesionarias de autos y talleres mecánicos y hasta un hotel y un museo. Esta última zona comercial, de 41 hectáreas, fue la que generó mayor discrepancia entre los opositores al proyecto ya que las tierras pasarán a manos de privados por 25 años sin que la Legislatura pueda decidir los términos de la concesión.
“Estamos cediendo nuestras facultades constitucionales porque todas las concesiones de más de cinco años tienen que pasar por la Legislatura. Y estas concesiones las va a dar un fideicomiso que no sabemos ni cómo está formado ni cuál es su reglamento y dónde los inversores van a formar parte”, le dijo a Página/12 Adrián Camps, legislador del partido Socialista Auténtico.
Desde el bloque PRO sostuvieron, en cambio, que la recuperación del autódromo implica "la presencia activa del Estado al lado de quienes más lo necesitan", según dijo Francisco Quintana, presidente del bloque, tras la aprobación del proyecto en referencia a la cantidad de puestos de trabajo que generarían las iniciativas comerciales. El autódromo renovado será manejado a través de un fideicomiso, con participación mayoritaria del Gobierno porteño y otras inversiones privadas
Para Camps, el otro problema del proyecto es que la zona no deportiva -las 40 manzanas conectadas al barrio frente a la avenida Roca donde se instalarán los locales comerciales y concesionarias de autos- se transformarán en un “barrio fantasma” después de las 6 de la tarde.
“Son 40 manzanas, un espacio enorme, que al final del día comercial quedarán totalmente vacías, como abandonadas, serán un barrio fantasma. Ni una sola vivienda hicieron. También mienten con las cinco hectáreas de verde que supuestamente agregan a la ciudad: en ese sector está la pista de aprendizaje y donde realmente está el parque construyen negocios”, finalizó el legislador.