Si en el espacio nadie puede escucharte gritar, menos que menos se habrán oído los maullidos de Jonesy, relegado héroe felino de la magna cinta Alien (1979, Ridley Scott), uno de los únicos dos sobrevivientes de la hecatombe que atravesaron los tripulantes de la nave Nostromo por culpa del famoso octavo pasajero. La otra resiliente fue Ellen Ripley (Sigourney Weaver), legendario personaje del terror sci-fi, sobra aclarar. A pesar de haber subsistido y de haber acompañado a su humana también durante el primer tramo de la secuela, recibió el atigrado gato naranja tantísimo menos reconocimiento que la damisela estelar. Por fortuna, alguien se ha encargado de reparar la enorme injusticia: el dibujante y artista estadounidense Rory Lucey, autor del novísimo Jonesy: Nine Lives on the Nostromo, libro ilustrado que cuenta las peripecias del entrañable micifuz, repasando momentos hito de las películas desde el punto de vista del animalito. “Jonesy lleva una vida simple disfrutando su comidilla, persiguiendo a roedores espaciales. Hasta que un día, su siesta de criostasis es interrumpida bruscamente. Parece que hay una nueva mascota a bordo, y no es precisamente domesticable...”, advierte la sinopsis del título en cuestión, que opta por el tono tierno y humorístico en vez del originalmente siniestro. “En las escenas de miedo, traté de distender mostrando actitudes típicamente gatunas; por caso, cómo Jonesy se limpia el culete en la cápsula de escape mientras acaece el terrorífico enfrentamiento final. Los gatos no reaccionan de forma similar a las personas en momentos críticos; mantenerme fiel a su comportamiento ayudó a traer el humor de forma natural”, se despacha Lucey, que imagina a su protagonista como corresponde: en la suya, bastante indiferente al despelote que ocurre a su alrededor.
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