Dos Más Uno. O la suma de los guitarristas Marcelo y Hugo Dellamea y el percusionista Ariel Sánchez. La ecuación da como resultado una música con sentimiento folklórico-latinoamericano y proyección universal. Reflejos se llama el segundo disco de este notable trío de música popular que encontró un lenguaje propio en el terreno de la experimentación y el juego instrumental. Una apertura sonora que le permite dialogar de manera natural e integrada con Jacques Morelembaum, Aníbal Sampayo o el Chango Rodríguez. “Nos gusta versionar obras antiguas, pero con una visión actual, sin que se pierda la esencia característica de la canción”, explica Hugo Dellamea. “Sería una trampa intentar tocar música de Sampayo o Yupanqui igual a como la tocaban ellos, porque no hemos vivido lo que ellos para haber compuesto esa música. Lo que hacemos es tratar de inspirarnos en esas obras pero con el toque que tenemos hoy, o sea, el hecho de vivir en 2018, con tanta información alrededor y un rápido acceso a la música del mundo”, completa el guitarrista y cantante.
El nuevo disco de Dos Más Uno, que presentarán el viernes 23 y sábado 24 de noviembre a las 21 en Café Vinilo (Gorriti 3780), no solo se nutre de composiciones de otros. Hay obras propias como la chacarera instrumental “La carpera” (de Marcelo) o la dulce “Patagonia”, compuesta por el trío. El eje del disco, dicen, es la canción. Hay vuelo instrumental, un trabajo arreglístico complejo, pero se largaron a cantar más y le dieron mayor lugar a la canción. “Cuando se formó el grupo, estábamos más abocados sobre el trabajo instrumental. No nos consideramos cantantes, pero nos gusta cantar y nos gusta la canción. Por supuesto, se mantiene la idea central del trío: que los arreglos estén bien tocados, que haya detalles, que haya cruces rítmicos y armónicos y espacio para los solos. Hay obras instrumentales, porque nos encanta”, detalle el guitarrista.
Conviven en Reflejos obras de música contemporáneas como “Una palabra” del cubano Carlos Varela, convertida en zamba; o la inspiradísima “Diamante”, de Jorge Fandermole, con el aporte del violonchelo de Jacques Morelembaum como invitado. Hay, también, una versión de “José Antonio”, de Chabuca Granda, con la voz de la peruana Eva Ayllón, y piezas antiguas como “Sincera confesión”, del peruano Erasmo Díaz. No falta, claro, la música litoraleña y el chamamé: en “A dos hermanos de ley” (Fito Ledesma) y “Garzas viajeras” (Sampayo), con el acordeón del Chango Spasiuk.