El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió ayer que los efectivos desplegados en la frontera con México podrían disparar a los migrantes centroamericanos que avanzan en caravana hacia su país. “Si ellos lanzan piedras como lo hicieron con los militares mexicanos y con la policía, yo digo que lo consideren como un rifle”, amenazó Trump en un mensaje anunciado por la prensa de la Casa Blanca. “No vamos a soportar eso. Si ellos quieren tirar piedras a nuestros militares, nuestros militares van a responder”, afirmó, dejando en claro que no tolerará una situación así como la que vivieron los policías mexicanos en los últimos días. En la misma línea, un portavoz del Pentágono afirmó: “Nuestras fuerzas son profesionales entrenados que siempre tienen el derecho inherente a la legítima defensa”.
Este jueves, mientras Trump presentaba su plan para detener la inmigración ilegal, afirmó que restringirá el derecho a pedir asilo en Estados Unidos. “El asilo no es un programa para quienes viven en la pobreza, es una protección especial para quienes huyen por persecución”, enfatizó el mandatario que luego habló de detenciones y carpas para los inmigrantes. Quienes soliciten asilo, no serán liberados sino que serán detenidos hasta que se resuelva su situación, consideró Trump e instó a que regresen a sus países. “Deben regresarse ahora, están perdiendo su tiempo. Deben hacer una solicitud para entrar a nuestro país. Ya no vamos a liberarlos, vamos a arrestarlos… se quedarán con nosotros hasta que tengan una audiencia de deportación o hasta que tome lugar la audiencia para el asilo”, advirtió.
A menos de una semana de las elecciones legislativas de medio término, el magnate neoyorkino atacó a su opositores demócratas y los culpó por no estar dispuestos a modificar las leyes migratorias en el Congreso, un tema que estuvo presente en la antesala de estas elecciones.
El 13 de octubre una caravana con más de 3 mil migrantes partió de San Pedro Sula, en Honduras, con el objetivo de buscar refugio en Estados Unidos. Sin embargo, a penas las autoridades del norte recibieron la noticia, fueron categóricos en su retórica antinmigrante. El Departamento de Seguridad Interior (DHS) describió la situación actual en la frontera como una “crisis sin precedentes”. Según sus propios datos, el número de inmigrantes ilegales interceptados en 2018 fue de 400.000.
La caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, avanzó el jueves hacia Ciudad de México por una de las rutas más peligrosas de ese país debido a que pasa por zonas donde opera el crimen organizado, entre ellas Veracruz. Inicialmente la caravana tenía programado salir del municipio de Juchitán, en el estado de Oaxaca, rumbo a la capital mexicana atravesando esa demarcación y la de Puebla, pero no consiguieron el transporte necesario, según denuncian, debido a las presiones que ejerce el gobierno mexicano sobre los empresarios de transporte. “El gobierno federal ha estado presionando a varios empresarios para que no nos apoyen con medios de transporte, básicamente nos están obligando a que sigamos caminando, y haciéndolo así es más corto por el estado de Veracruz. El problema es que Veracruz tiene un altísimo riesgo de violencia a manos del crimen organizado” denunció Gina Garibo, una de las voceras de la organización Pueblos Sin Frontera. Una segunda caravana de migrantes centroamericanos cruzó de Guatemala a México el lunes. La mayoría de quienes integran la caminata, dejaron sus países por la violencia de las pandillas y el desempleo.
Mientras tanto, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se reunirá en Honduras con su homólogo Juan Orlando Hernández para discutir el éxodo personas que afecta a Centroamérica. Horas después lo hará con el vicepresidente de El Salvador, Oscar Ortiz, señaló en un comunicado la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia de Guatemala (SCSPR). Alfredo Brito, titular de la SCSPR, dijo que el foco central de ambos acercamientos es cómo evitar la migración ilegal a Estados Unidos. Antes de reunirse con Hernández y Ortiz, el presidente guatemalteco realizará una visita el sábado y domingo al estado de Florida, en el sur de Estados Unidos, donde visitará un albergue para menores migrantes, en la ciudad de Lake Worth.