El mismo día de la asunción de Donald Trump como 45º presidente de Estados Unidos, Henry Kissinger, por videoconferencia, intervino en el Foro Económico de Davos y consideró que el nuevo mandatario debería “encontrar una definición del papel que debe desempeñar Estados Unidos en el orden mundial, sin renunciar a su indispensable liderazgo internacional”. El secretario de Estado de Richard Nixon y Gerald Ford, de 93 años, lamentó que Barack Obama retirara las tropas de Irak y “de algunos lugares del mundo donde deberían haber permanecido y donde su presencia sería esencial”.
A diferencia de Trump, Kissinger opinó que la OTAN es vital. “Sus elementos morales y psicológicos son todavía más importantes hoy, porque hoy necesitamos un concepto de orden mundial que concierne a todas las partes del mundo, que pueden afectar a todas las parte del mundo”, señaló. Y agregó que alianza transatlántica “se debe reconstruir pero diferente, porque es clave para Estados Unidos y para Europa”.
Respecto de la relación con Rusia, la calificó como “una de las tareas principales de la nueva administración. Espero que se realicen esfuerzos para que un diálogo serio evite un enfrentamiento, y que Europa, Rusia y los Estados Unidos alcancen una acuerdo sobre la organización de la presión militar”.
Símbolo de la real-politik de la Guerra Fría, Kissinger fue secretario de Estado entre 1973 y 1977. Negoció la paz con Vietnam y obtuvo el Premio Nobel de la Paz. Al mismo tiempo, propició el golpe de Estado en Chile en 1973 y la Operación Cóndor, el plan represivo de las dictaduras del Cono Sur. Ha esquivado la acción de la justicia y las denuncias en su contra por crímenes de lesa humanidad.