La escandalosa operación montada por la revista Veja y el diario Clarín respecto de la existencia de una cuenta clandestina, en el exterior, de Máximo Kirchner y Nilda Garré terminó de derrumbarse ayer por completo. Ya Estados Unidos había negado que en el Felton Bank de Delaware existiera tal cuenta y, obviamente, menos aún con 41 millones de dólares. La revista brasileña y el diario argentino sostuvieron que el dinero estaba a nombre de una sociedad de Belice: Business and Services IBC (las siglas de Belice). Ayer, el juez de la causa, Marcelo Martínez de Giorgi, recibió un oficio originado en Belice señalando que tal empresa no existe en aquel país. Ni el periodista de Veja ni el de Clarín pidieron disculpas por la falsedad.
El texto que le llegó ayer al juez tiene la firma de Santiago González, titular del registro de sociedades de Belice, quien respondió a un escrito del Honorable Michel Peyrefitte, fiscal general de ese país. En concreto dice “conduje una búsqueda en nuestros archivos y he encontrado que la compañía Business and Services IBC no está incorporada en las normas de IBC (Belice)”. En otros términos significa que tal sociedad no existe ya que es obligatorio su registro. La declaración de Belice pasó por el Ministerio de Relaciones Exteriores, desde donde se envió al magistrado con la firma de Conrado Izura, director de Asistencia Jurídica Internacional.
La llamativa acusación de que Máximo Kirchner y Nilda Garré compartían una cuenta con 41.700.000 dólares en Delaware pudo haberse desechado antes de escribir el primer renglón. Entrando a los datos públicos, que se obtienen por Internet, de la Reserva Federal de Estados Unidos –el Banco Central de aquel país–, se podía constatar que el Felton Bank de Delaware tenía depósitos totales de 70 millones, por lo que resultaba imposible que en una sola cuenta hubiera 41 millones. Es más, en algún momento los medios hablaron de que la cuenta llegó a tener 61 millones de dólares. Eso no lo tolera ningún banco central del mundo, porque el cliente se va y el banco se cae. En segundo lugar, los registros de la Reserva Federal exhibían que en el Felton Bank sólo había seis millones de dólares en depósitos de más de 250.000 dólares. Esa información siempre es consignada porque la cifra de 250.000 es la que garantiza la Reserva Federal. Si sólo había un total de seis millones en depósitos de más de 250.000 dólares, no podía haber ninguna cuenta con 41 millones. En su momento, después de la publicación de la falsedad, Nilda Garré, a través de su abogado, Alejandro Rúa le pidió al banco norteamericano que certificara la inexistencia de la cuenta. Para entonces, el Felton había sido absorbido por otro banco, el CNB. Las entidades bancarias son poco afectas a contestar estas cosas, pero finalmente hubo una carta del banco diciendo que no existía ninguna cuenta de Maximo y Garré.
Todo esto terminó certificado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos con la firma de Aaron Gershbock tras dos años de silencio. La burda denuncia periodística fue en 2015, por supuesto en época de elecciones, y el desmentido de Estados Unidos llegó en 2017. “No hay registro de los números de cuentas ni de los nombres citados”, señaló el documento emitido desde Washington desmintiendo primero lo publicado por Veja y luego por Clarín.
Mucho antes, Irán también desmintió la información que consignaba que el dinero había llegado desde Teherán, algo que también desafiaba la lógica. La autoridad iraní señaló que el número de cuenta mencionado por los medios ni siquiera incluía los dígitos habituales de las cuentas en Irán. La versión indicaba igualmente que se usó una sociedad de Liechtenstein, pero tampoco en ese principado se encontró ningún registro que tuviera que ver con lo denunciado.
Finalmente, ayer el juez recibió también el desmentido de Belice, con lo que no quedó nada de nada de la denuncia. Sólo la evidencia de cómo se utilizan los medios y la justicia contra los llamados gobiernos “populistas”.