Peter Bogdanovich: ¿Escribiste un guion?
Orson Welles: Cuatro. Pero la mayor parte del film va a ser improvisada. He trabajado en ella mucho tiempo… años… Si yo fuera un novelista del siglo XIX podría escribir una novela en tres tomos. Sé todo lo que le ocurrió a aquel hombre. Y a su familia. Conozco su procedencia, todo; más de lo que podría poner en una película por mucho que intentara hacerlo. Su familia, como rivalizaban con los Kennedy y los Kelly para escapar de su piso irlandés con visillos de encaje. Amo a ese hombre y lo odio.
Más tarde me leyó una escena de la película:
Jake (su rostro es pálido, los ojos brillantes por el alcohol; no está borracho pero estuvo bebiendo):
“El ojo de la Medusa, ¿Sabes lo que quiero decir? Todo lo que miro acaba muriendo bajo mi mirada. El ojo de la Medusa. Sí. Alguien me habló de ello. Quizá sea cierto. El ojo detrás de la cámara. Tal vez esa mirada es capaz de causar mal de ojo. En cierta ocasión me tropecé con unos bereberes en las montañas del Atlas que no me permitían ni siquiera enfocar mi cámara. Pensaban que iba a secarlos algo dentro de sus almas. ¿Quién sabe? Quizá pueda hacerlo. Secar su virtud. Sorber sus jugos vitales, de los chicos y de las mujeres e incluso de los lugares. He filmado por todas partes. Los he matado como si hubiera disparado con la cámara. ¿Whisky, Madre?”.