A siete días de la primera superfinal de la Copa Libertadores ante River, Boca se impuso anoche ante Tigre por 4-1 como local y volvió al triunfo en la Superliga, donde hacía tres partidos que no ganaba. Para el Matador, la derrota lo hunde aún más en los promedios, donde marcha anteúltimo.
“Torneo”, “Superliga” o “Fecha 11”, ninguna de esas palabras se escuchó anoche por La Boca. Quizá, como mucho, se pudieron leer en algunas fichas del partido, desparramadas por los pupitres de prensa. Es que ninguna de las miles de almas que colmaron la Bombonera pretendió simular que su cabeza estaba puesta en el partido con Tigre. Todo era Libertadores. Todo era “queremos la Copa”, “la Copa de La Boca no se va”, y algún que otro pedido de “huevo” a los jugadores. Ni siquiera los Barros Schelotto lo simularon. Sólo el arquero Rossi repitió como titular con respecto al 2-2 que se trajo el Xeneize el último miércoles de Brasil, ante Palmeiras.
Con estos antecedentes, el necesitado Tigre podría haber esperado un rival repleto de juveniles. Sin embargo, el plantel de Boca es tan vasto que aún sus suplentes meten medio. Zárate, Benedetto, Tevez y Cardona conformaron, por momentos, la imponente línea de cuatro jugadores que se avecinaba en cada ataque xeneize. Pero lejos estuvo de intimidarse el Matador. Tras aguantar los primeros minutos sin retrasarse en exceso y, hasta jugar algo mejor que el dueño de casa, los de Victoria dieron el primer golpe cuando Federico González recibió por izquierda y en dos movimientos sacó un terrible zurdazo para poner el inesperado 1-0.
Tras el sacudón, Boca intentó adueñarse del desarrollo a través de la apertura del campo con las subidas de sus laterales y extremos. Sin embargo, no fue hasta que apareció Gago que llegó el 1-1. ¿Cómo superar a la impasable línea defensiva de Tigre? A los 26, el capitán tuvo la respuesta: por arriba. El 5 puso un excelso pase por encima de los defensores para Benedetto, quien recibió en el área y fue derribado por Batalla. Antes de que el árbitro pudiese cobrar penal, Tevez tomó la pelota suelta y puso el empate.
Como en la primera parte, a Boca le costó arrancar en el complemento y Tigre, con toques rápidos y simples se fue acercando al arco de Rossi, que respondió correctamente a las exigencias del Matador y se ganó sus merecidos aplausos. Con los minutos, Boca no cambió su rol de espectador del dominio visitante. Dominio del balón, no del partido, claro. Es que al equipo de los Mellizos no le sienta para nada mal esperar ordenado y apostar a sus individualidades en ataque. A los 68 fue el turno de Cardona, quien tras una buena jugada del ingresado Espinoza, tomó el rebote y marcó el 2-1 con un preciso remate desde la puerta del área. Un rato después, Tevez puso el tercero tras una nueva buena acción de Espinoza. Más tarde, Buffarini puso el cuarto para cerrar la goleada y dejar a Boca más que confiado para la primera gran final del próximo sábado.