El director del Distrito Sudoeste, Javier González, no fue ayer a recorrer el barrio Nuestra Señora del Rosario, tal como se comprometió con los vecinos. "No apareció nadie", se quejó Yoana, una de las habitantes de la zona. Se trata de uno de los puntos acordados tras la apertura de una instancia de diálogo con unas 70 familias que desde principio de la semana reclaman viviendas dignas en la zona de Avellaneda y Lamadrid. Por el reclamo, fueron reprimidos en tres oportunidades, según denunciaron. Además, otro punto fue incumplido: la policía no se retiró del barrio. El compromiso de los vecinos fue no tomar un predio que dicen necesitar para terminar con la condición de hacinamiento en la que viven.
El jueves por la mañana, González los atendió y firmaron un acta acuerdo. El funcionario se comprometió a gestionar una reunión entre la Dirección de Vivienda y los vecinos. También dijo que ayer recorrería el barrio para analizar la cuestión de la infraestructura. "No cumplió y cuando lo llamamos dijo que había tenido complicaciones y que viene el lunes", se quejó Yoana, en nombre de sus vecinos.
En el acta también se acordó el inmediato retiro de las fuerzas de seguridad, que mantienen vigilado el terreno, pero ellos se sienten amenazados por su presencia, ya que martes y miércoles fueron reprimidos por esa misma policía, con balas de goma y gases lacrimógenos.
En la reunión con González los vecinos estuvieron acompañados por la concejala Celeste Leprati, abogados de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud y miembros de la organización popular Causa.
Los vecinos relataron días atrás que viven "todos amontonados: dos o tres familias por casa". Con las lluvias del fin de semana, la situación empeoró, porque las viviendas se vuelven peligrosas, sobre todo para los niños.