La Justicia imputó y ordenó la prisión preventiva sin plazo del mecánico que esta semana fue sorprendido por la policía cuando abusaba sexualmente de su hija de ocho años, dentro de un auto, en Vera. También se le imputó haber abusado de una hijastra que ahora tiene 18 años. Antes de ir a la audiencia, el sindicado sufrió ayer una golpiza por parte de los internos de la Alcaidía de Vera, por lo que se iniciará una investigación paralela, para establecer el motivo de la agresión. Además, cuando llegó a los Tribunales fue escrachado e insultado por familiares y vecinos de la pequeña. Vivía con tres hermanas, y con las tres tenía relación de pareja. "Este tipo de situaciones en el norte aparecen como un problema cultural, que está silenciado. Los casos están naturalizados. Durante todo este año queremos trabajar para que se hable del tema, que la gente sepa dónde puede denunciar", dijo a Rosario/12 Andrea Tavaini, subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. Judith, la tía de la nena, relató que su sobrina le dijo: "Ojalá que mi padre se muera y se pudra en la cárcel".

El miércoles pasado, el fiscal Martín Gauna Chapero le imputó a Carlos Alberto Díaz los delitos de "abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado y reiterado", por el hecho que tiene como víctima a la menor de 8 años; mientras que también le achacó el delito en relación a una hijastra de 18 años, que fue abusada por él desde los 11. Ayer, la causa avanzó con el dictado de la prisión preventiva sin plazo, impuesta por el juez Mauricio Martelossi.

En tanto, Gauna Chapero dijo ayer que el acusado de 43 años fue golpeado y que presentaba lesiones en el rostro y en los brazos. Ante ello, iniciará una causa para determinar qué sucedió dentro de la Alcaidía de la Unidad Regional XIX. "Su abogado nos comentó que otros internos le pegaron. Cuando lo vimos se le notó el rostro visiblemente golpeado", dijo a Rosario3.

El mecánico fue capturado el pasado lunes cuando abusaba sexualmente de su hija dentro de un Volkswagen Bora azul que estaba en el garaje de su vivienda. La policía fue alertada por un llamado al 911, y cuando llegaron al lugar, a las 0.50 del lunes, la nena gritaba desesperada para que el hombre saliera de encima suyo. Díaz tenía los pantalones bajos y fue capturado en medio de la consumación del abuso, que no se pudo evitar.

En la vivienda de 9 de Julio y pasaje Bonacci, la niña no era la única víctima. Al hecho se le sumó que una hermana de la menor, de 18 años, también era sometida desde los 11 años. Ambas fueron apartadas por personal especializado de su domicilio, están recibiendo asistencia por un equipo interdisciplinario. En tanto, se investiga si hay más víctimas del hombre, ya que hay otras menores en la familia.

En la casa donde funciona un taller mecánico del agresor viven tres hermanas con sus respectivas familias. El acusado estaba casado con una de las hermanas, con quien tuvo cuatro hijos, pero a su vez mantenía una relación de pareja con otras dos hermanas, una de ellas madre de dos mujeres de 18 y 8 años, las víctimas de los abusos.

Ante la conmoción, ayer por la mañana, un grupo de personas se reunió frente a los Tribunales de la localidad para repudiar al mecánico. Según publicó el portal InfoVera.com.ar, la tía de las víctimas aseguró: "No nos vamos a mover hasta que le den condena perpetua a mi cuñado. El se casó con mi cuñada, al poco tiempo llevó a la hermana de su mujer, y luego lleva a vivir con él a la menor. Este degenerado vivía con tres hermanas. Es una falta de respeto, una desvergüenza total. La madre biológica de las nenas sabía todo. Las mujeres eran golpeadas con cadenas y cables y estaban amenazadas de muerte, por eso no denunciaban. Esa casa era un infierno. La justicia tiene una venda en los ojos y no quieren ver mas allá de la realidad", dijo.

Travaini indicó que un equipo interdisciplinario --áreas fe Género, Salud, Niñez, el Centro de Asistencia Judicial-- está trabajando con la niña, su hermana y su madre, porque si bien en un primer momento se dijo que la mujer sabía lo que pasaban sus hijas, luego se observó un entramado complejo de relaciones, bajo las órdenes del imputado, quien mantenía una relación con la madre de la niñas y sus dos hermanas. "Incluso hay más niñas en la familia, pero el resto está del lado del agresor. Hay que trabajar también con ese grupo", dijo la funcionaria, quien confirmó que las víctimas y su madre fueron separadas de la casa familiar, porque "hay que trabajar con ellas en su fortalecimiento".