La jueza María del Carmen Musa tomó las primeras medidas en base al hábeas corpus presentado por los asesores de Menores de Tribunales, tras la muerte de Juan Manuel Sosa –de 16 años- en el ex Instituto de Rehabilitación al Adolescente (IRAR), por “probable negligencia e imprudencia”. Ordenó desalojar el sector de ingreso, donde fue encontrado el muchacho con una sábana al cuello, mientras estaba aislado; que se informe cada traslado y movimiento de lugar de los internos y dispuso un par de libertades que fueron solicitadas por los defensores.
En medio de la conmoción por la muerte de otro adolescente en el lugar de encierro para menores, los asesores Daniel Papalardo, Claudia Boloniel y María Román presentaron el recurso en resguardo de los cuarenta jóvenes de 16 y 17 años alojados allí. La presentación ante Musa tuvo que ver con la “probable negligencia, imprudencia y no cumplimiento de estándares internacionales en materia de alojamiento de jóvenes menores de 18 años, en lugares de encierro”.
La familia Sosa dijo tener “muchas dudas” y fuentes judiciales indicaron que el día previo a ser encontrado colgado, el chico reclamó “acercamiento familiar”, ya que no recibía visitas porque su familia reside en Venado Tuerto y él fue enviado a 160 kilómetros, una situación poco común que resolvió el juez Javier Pardo. El chico presentaba autolesiones, que son consideradas un llamado de atención.