El presidente iraní, Hasan Rohani, aseguró ayer que su país derrotará con orgullo las sanciones de Estados Unidos a las que calificó como ilegales e injustas. El mandatario afirmó, además, que el país persa continuará vendiendo su petróleo pese a las restricciones impuestas. 

Después de que entraran ayer en vigor las sanciones estadounidenses contra el sector petrolero y financiero de Irán, Rohani descartó cualquier negociación con Estados Unidos, mientras que Washington no cumpla con el acuerdo nuclear de 2015. “No tenemos problemas para hablar, siempre que la otra parte respete sus compromisos”, subrayó el presidente en un discurso durante una reunión con funcionarios del Ministerio de Economía. En mayo pasado, el presidente estadounidense, Donald Trump, retiró a su país del pacto nuclear y volvió a imponer sanciones a Teherán, que se han aplicado en dos rondas, la primera en agosto y la segunda, ayer. “Tenemos esperanzas de que un acuerdo con Irán es posible, pero hasta que Irán no haga los 12 cambios que pedimos en mayo, seremos implacables en la presión al régimen”, expresó ayer, por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

El resto de países firmantes del acuerdo -Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania- están intentando, sin embargo, contrarrestar las sanciones de Washington, y la Casa Blanca ha tenido que eximir temporalmente de la prohibición a la compra de petróleo iraní a ocho países: Grecia, Italia, China, India, Japón, Taiwán, Corea del Sur y Turquía. 

Al respecto de las excenciones, Rohani aseveró que Estados Unidos está aislado y que el hecho de que exima a ocho países del embargo cuando su intención era reducir a cero la venta de petróleo iraní, era una victoria para Irán. “Por supuesto, si no eximieran a estos ocho países, seguiríamos vendiendo nuestro petróleo”, adelantó el presidente, cuyo Gobierno ya está recurriendo a estrategias para sortear las sanciones. Algunas de estas medidas son la venta del crudo a través de la Bolsa de valores, el uso de monedas nacionales o el intercambio por productos para facilitar los pagos de sus clientes y el transporte del petróleo con sus propios cargueros.

Esta nueva ronda de sanciones penaliza la venta de petróleo iraní y también las transacciones financieras con su Banco Central y otras entidades que fueron incluidas en la lista negra del Departamento del Tesoro estadounidense. Por ello, Rohani abogó por fomentar el sector privado y transferir una parte de las responsabilidades de los bancos al mercado de capitales. 

En su alocución, el presidente denunció que las políticas estadounidenses buscan presionar a la población y auguró que la guerra comercial, perjudicial en la actualidad para Irán, supondrá a largo plazo una derrota para Estados Unidos. “Con la ayuda y la unidad de la gente, debemos hacer que los estadounidenses comprendan que no pueden hablar con la gran nación iraní con el lenguaje de la presión y las sanciones. Tienen que ser castigados por la historia”, aseveró el mandatario persa.

Desde que Washington anunciara sus sanciones, numerosas empresas extranjeras han abandonado Irán, las exportaciones petroleras han caído en unos 800.000 barriles diarios (de 2,5 millones) y la moneda nacional, el rial, se ha devaluado fuertemente. El Fondo Monetario Internacional ha pronosticado que la economía iraní va a contraerse un 1,5 por ciento este año y un 3,6 por ciento en 2019, y que la inflación superará el 30 por ciento.

Según el economista iraní, Parviz Shahryarí, que fue asesor para temas de sanciones del Banco Parsian, el Gobierno va a enfrentarse a problemas como el déficit presupuestario y la disminución de las reservas de divisas. Shahryarí afirmó, además, que los efectos del regreso de las sanciones comenzaron desde el momento en que Washington se retiró del acuerdo nuclear, por lo que las restricciones de ayer tienen más un efecto psicológico que real a corto plazo. No obstante, a medio plazo sí provocarán serias limitaciones en la economía del país, según el economista, quien agregó que su efecto futuro dependerá del precio del petróleo. En este sentido, el exasesor del Banco Parsian consideró que no existe la posibilidad de reducir a cero las exportaciones de petróleo iraní, ya que aumentarían los precios del crudo, algo que no interesa al mercado.

En cuanto al aislamiento financiero, indicó que al igual que durante la anterior etapa de sanciones (2012-2016), el Banco Central de Irán encontrará algunas vías para que no se interrumpan completamente las transacciones. Además, la Unión Europea tiene el compromiso de poner en marcha un mecanismo especial que facilitará los pagos vinculados con las exportaciones e importaciones iraníes, y que podrá abrirse a otros países.