En Italia, los rescatistas hallaron con vida a diez de las treinta personas que permanecían en el hotel Rigopiano, que fue sepultado por un alud de nieve el miércoles por la noche, tras los cuatro sismos ocurridos en el centro del país. Hasta ayer a la noche, una mujer y cuatro niños ya habían sido sacados del edificio. Por otra parte, la fiscalía de Pescara abrió una investigación por “homicidio culposo” contra el hotel de cuatro estrellas, luego de que se conociera que los huéspedes estuvieron más de cuatro horas esperando a un quitanieves que los sacara del lugar antes de la avalancha.

Durante la mañana de ayer, cuando habían pasado casi cuarenta horas de la avalancha y las esperanzas se iban desvaneciendo en la localidad de Farindola, 170 kilómetros al nordeste de Roma, el olfato de los perros que ayudaban en las tareas de rescate orientó a los socorristas hacia una buhardilla cercana a la cocina del hotel, que está enclavado en la cordillera de los Apeninos, a 1200 metros de altura.

Tras remover escombros, los bomberos lograron liberar a un grupo de cinco personas. Los primeros en ser rescatados fueron Adriana y Gianfilippo Parete, mujer e hijo de Giampiero Parete, el cocinero que dio la alarma de la avalancha y se salvó porque al momento del alud estaba fuera del hotel, al que también había llegado con su hija.

“Vayan a buscar a mi hija, que está en la habitación de al lado”, pidió a los rescatistas Adriana, quien minutos después se reencontró con Giampiero y Gianfilippo, de ocho años, en el hospital de Pescara. A la reunión se sumó luego Ludovica, de seis años.

“Vimos humo, había unos cuantos pequeños incendios dentro de los escombros cubiertos por metros de nieve y dedujimos que si había fuego había aire, así que empezamos a excavar”, contó Marco Bini, de la Guardia de Finanzas.

Mientras esas personas eran rescatadas, un segundo grupo fue localizado por los brigadistas en otro sector del hotel.

Los bomberos mantuvieron comunicación con ese otro grupo, de cinco personas, que permanecían atrapadas. “Con los que quedan nos comunicamos a los gritos, ya que están en una zona difícil de alcanzar”, describió ayer el vocero de bomberos Lucca Cari, mientras continuaban las tareas para extraerlos del hotel.

El primer grupo de rescatistas llegó al hotel a las 4.30 de la mañana del jueves, y desde ese momento las fuerzas de socorro coordinadas por el ministerio del Interior desde la vecina Rieti comenzaron la búsqueda de sobrevivientes. Durante casi cuarenta horas, personal de bomberos y brigadistas, con el apoyo de cinco helicópteros con base en Pescara, trabajaron con temperaturas que por momentos alcanzaron los cinco grados bajo cero removiendo nieve, ramas y escombros, para tratar de hallar a las personas que estaban en el hotel al momento del alud. Según estimaron los encargados del operativo, se trataba de 35 personas, 24 pasajeros y 11 empleados, aunque la Questura (comisaría) local había registrado 29 personas.

Al momento de la avalancha los huéspedes del albergue estaban todos juntos en el hall, a la espera de un vehículo sacanieve, que se había retrasado alrededor de cuatro horas, para poder dejar el lugar. Además, llamadas realizadas desde el hotel a los servicios de emergencia no habrían sido atendidas. Por ello, la Fiscalía de Pescara abrió una investigación por “homicidio culposo”.

El jueves hubo cuatro muertos luego del alud. El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología evaluó que la avalancha habría sido consecuencia de los terremotos del miércoles.