El encuentro tripartito entre el Gobierno, la CGT y las cámaras empresarias, tuvo asistencia perfecta. Cuando finalizó cada uno de los participantes salió más o menos satisfecho o convencidos de que su postura es la que se impuso. Por caso, los hombres de la central obrera juran que se acordó el pago de un bono de cinco mil pesos en dos cuotas para los trabajadores del ámbito privado y que se expresará en un decreto presidencial. Sin embargo, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, no tiene la misma versión y en un comunicado aseguró, para disgusto de los sindicalistas, que ese monto no es obligatorio y que la cifra representa el tope máximo del monto conversado. Un dato que le permitió a los empresarios recobrar la sonrisa que habían perdido cuando salieron de la reunión. Es más, Sica considera que está a un tris de lograr que el paro general, que la CGT tiene en carpeta, se suspenda pero eso se definirá recién el próximo jueves.
Tanto para sindicalistas como empresarios lo charlado en el encuentro pretendió buscar alternativas para mejorar la complicada coyuntura económica. Los hombres de la CGT se sintieron locales porque la reunión surgió, según relataron, por iniciativa del Gobierno ante la inminencia de un nuevo paro nacional. En ese contexto presentaron ante Sica, que había llegado acompañado del secretario de Trabajo, Jorge Triaca, una serie de puntos imprescindibles para levantar la medida de fuerza. Esto es, un bono de cinco mil pesos y la implementación de un sistema para frenar (o complicar) los despidos que consiste en que cada empleador deberá notificar a Triaca de cualquier prescindencia de personal. Por último, reclamaron el adelantamiento del cálculo de la actualización de jubilaciones para mejorar la situación del sector pasivo.
Los representantes de la UIA, CAME y la Cámara de la Construcción allí presentes sintieron que no estaban en condiciones de oponerse ante la situación económica. Eso sí, plantearon la necesidad de contemplar las particularidades de cada sector porque no todos, como las pymes, están en condiciones de abonar esos cinco mil pesos aunque sean en dos cuotas. (ver nota aparte)
Según los sindicalistas presentes en la reunión Sica no se opuso a la propuesta de la CGT y sólo se retiró en un par de oportunidades para conversaron telefónicamente con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para hablar del tema jubilados. Este punto quedó, siempre según la CGT, en definirse en otro momento porque debía analizarse en profundidad.
Hasta ahí todo pareció salir a pedido de la conducción de la CGT.
Fue así que los secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña hablaron con los periodistas. El primero de ellos aseguró que se habían acordado “la necesidad de que a través de un acto administrativo (léase decreto presidencial) del Poder Ejecutivo se establezca una suma de cinco mil pesos que se pagarán en dos etapas”. Acuña, en tanto, acotó que antes de tomar una decisión con respecto al paro dijo que “queremos leer la letra chica de ese decreto y recién ahí definiremos” el futuro de la huelga nacional. Entonces Daer buscó cerrar el tema: “Esperemos que mañana (por hoy) tengamos el decreto para analizarlo en detalle este jueves en la reunión del Consejo Directivo de la CGT y decidiremos”.
La representación sindical estuvo integrada, además de Daer y Acuña, por Roberto Fernández de UTA, Andrés Rodríguez de UPCN, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Armando Cavalieri (comercio), Omar Maturano (La Fraternidad), Jorge Sola de seguros, Amadeo Genta (municipales), Rubén Pronotti por Uocra, el gastronómico Argentino Geneiro y el panadero Abel Frutos. Entre éstos hubo cierto consenso sobre el resultado positivo del encuentro y tal vez por eso casi la mayoría consideró que “ya no hay motivos para convocar a un nuevo paro”.
En cuanto a la cifra de cinco mil pesos, los sindicalistas advirtieron que ese era el tope para que sea no remunerativa y por lo tanto representa aunque más no sea un alivio para la economía de los trabajadores. Por otra parte, los gremialistas reconocieron que el bono estaría destinado exclusivamente a los empleados del sector privado. “El tema de los empleados estatales corre por cuerda separada”, se despegó uno de los dirigentes gremiales.
El problema surgió cuando se conoció el comunicado del ministro Sica que puso en duda los dichos de los gremialistas. El funcionario aseguró que el acuerdo implica una “compensación extraordinaria no remunerativa” de “hasta 5000 pesos” y que esa “posibilidad” dependerá “la situación de cada sector”. Uno de los gremialistas que formó parte de la delegación de la CGT casi se atraganta cuando leyó el comunicado oficial. “No es lo que habíamos acordado”, reconoció pero después su teléfono como del resto de los dirigentes que participaron del cónclave dejaron de funcionar.
El comunicado del ministro expresó además que a partir de esta reunión se ha creado “un ámbito de diálogo junto a empresarios y los representantes de los trabajadores” donde se pueden consensuar “herramientas que nos permiten recuperar el poder adquisitivo del salario y preservar el nivel de empleo”. Luego hizo votos para que este espacio continúe reuniéndose con cierto grado de regularidad y no hizo ningún tipo de referencia a que en septiembre pasado se registró la mayor tasa de desocupación en la gestión Cambiemos y la más alta en los últimos 12 años.