El Gobierno ya tiene el dictamen a favor del Presupuesto 2019 que buscará convertir en ley el miércoles 14 de noviembre en el Senado. Con la certeza de contar con los votos suficientes, el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, fue el último funcionario en desfilar frente a los senadores de la comisión de Presupuesto para defender el cálculo de recursos económicos del Estado nacional bajo los designios del Fondo Monetario Internacional (FMI). Frigerio afirmó que se trata de un presupuesto de “emergencia” ante la situación económica, elogió la adenda del Pacto Fiscal rubricado con 19 provincias (que se discute en paralelo) en búsqueda del “equilibrio” y déficit cero, pero esquivó todas las preguntas sobre el aumento de las partidas destinadas a pagar los intereses de la deuda externa contraída por la administración de Mauricio Macri. Pero tuvo que resignar modificaciones en el proyecto que aumenta las alícuotas del impuesto a los Bienes Personales para vivienda única y una ley correctiva al impuesto extraordinario con que el presupuesto graba a cooperativas y mutuales de créditos y seguros, y que distintas entidades del sector calificaron ayer como “confiscatoria” ante los senadores. Duro cruce entre los propios senadores del peronismo federal ante la denuncia de que Frigerio dio “instrucciones” para que la sesión del miércoles próximo sea “especial” (con temario acotado) y así evitar que se discuta en el recinto –como plantearon ayer distintos senadores– la derogación de DNU con que el Presidente eliminó la coparticipación del Fondo Federal Solidario (sojero) a provincias y municipios.
Frigerio, el principal negociador del Gobierno con los gobernadores peronistas, dijo que el Presupuesto busca “el equilibrio en las cuentas públicas” con el “esfuerzo del Estado y los privados de sacrificar la dinámica de reducción impositiva” en medio de “una presión tributaria muy alta”. Pero especialmente dedicó su breve introducción a la adenda fiscal que pactó con 19 provincias. “Hay que sostener el camino virtuoso comenzado hace tres años”, dijo sobre el equilibrio fiscal de las provincias y volvió a recurrir al apotegma oficialista de la “herencia recibida”: “no como pasó en 2015 donde 5 ó 6 provincias pidieron ayuda económica al gobierno nacional también quebrado”. Luego de admitir los cambios en Bienes Personales y los referidos a cooperativas (exigido también por sus socios radicales), abrió paso a las preguntas.
El jefe del interbloque Argentina Federal, Miguel Pichetto, fue el primero en tomar la palabra. Arrancó con críticas a la gestión económica de Gobierno, la presión tributaria, el “incumplimiento” del presupuesto de este año y mencionó la “corrida financiera”, el acuerdo con el FMI y el “desquicio” del Banco Central. Y hasta se quejó de los ataques que sufre el Poder Legislativo desde el propio Gobierno. Pero renglón seguido, afirmó que igual es mejor que el Gobierno tenga Presupuesto de “emergencia”, porque si reconduce el de este año “aumenta la discrecionalidad del Ejecutivo” en el reparto de los recursos y se diferenció de lo que calificó de “discurso por izquierda que quiere hacer la revolución con piedras en la Plaza”.
Pichetto cuestionó el reclamo de los gobernadores por la restauración del FFS y sostuvo que se debía haber discutido y resuelto en Diputados y le pidió a Frigerio que “aclare la situación”. Allí, lo interrumpió el senador formoseño, José Mayans, que integra su bloque y comenzó un acalorado cruce que continuó hasta que Pichetto se retiró de la sala.
A su turno, Mayans no solo cuestionó duramente “el fracaso de la política económica del Gobierno” y el “brutal endeudamiento externo” de 400 mil millones de dólares y que el Presupuesto “blanquea”, sino que denunció que Frigerio “dio instrucciones a presidentes de bloque” (durante su paso por el Congreso el lunes) para convocar la semana próxima a una sesión especial y bloquear la discusión por anular el DNU de Macri sobre el FFS. Además de “presionar” y “extorsionar” gobernadores.
“Nadie me dio instrucciones”, replicó Pichetto y contraatacó insistiendo en el acuerdo de los Gobernadores peronistas con el Gobierno central y la descalificación ideológica: “salvo que alguien quiera ahora prender fuego a la pradera” y “calzarse el traje cubano de revolución”.
Frigerio negó la denuncia de Mayans y se lo atribuyó al calor del debate. Luego se refirió al origen del FFS. Sostuvo que fue una compensación que el Gobierno anterior dio a las provincias por el 15 por ciento que les retenía de la coparticipación para sostener la Anses tras la eliminación del sistema de AFJP.
El peronista Omar Perotti replicó al ministro. Dijo que la coparticipación de una parte de la renta extraordinaria de la tierra surgió en medio de una discusión por coparticipar el impuesto al cheque. “Ustedes hablan de federalismo y sacan el recurso más federal que tienen provincias y municipios”, disparó el santafesino. La senadora peronista por Formosa, María González, y su par de Catamarca, Inés Blas, insistieron en la necesidad en llevar el tema al recinto la semana próxima.
Tras un duro diagnóstico sobre el presupuesto, el acuerdo con el FMI y el endeudamiento externo, el presidente del bloque kirchnerista Marcelo Fuentes también salió al cruce de Pichetto. Fuentes afirmó que es “atribución del Senado” tratar el FFS, porque el cuerpo es la “expresión del federalismo y de los intereses de las provincias”.
Los senadores del oficialismo prefirieron guardar sus argumentos para el miércoles próximo. El peronista salteño Juan Carlos Romero asumió el rol de oficialista: “hay que sacar al país de la inestabilidad y el riesgo. Venimos del despilfarro de la herencia recibida del Gobierno anterior. Mejor es aprobar este presupuesto sino el país colapsa”, dijo el ex gobernador.