Diego Maradona, Alfredo Di Stéfano, Mario Kempes, Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Javier Mascherano, Claudio Caniggia, Enzo Francescoli, Martín Palermo, Gabriel Batistuta y Daniel Passarella podrían integrar un equipo con los mitos del fútbol que jugaron alguna vez el superclásico Boca-River. La historia de los duelos entre xeneizes y millonarios lleva más de un siglo y tendrá desde el sábado acaso los dos capítulos más trascendentales: la definición de la Copa Libertadores.
Decenas de futbolistas de trayectoria internacional vistieron al menos una de las dos camisetas, y algunos de ellos hasta tuvieron el privilegio de hacerlo con las dos aunque les haya costado el precio del enojo rival. “Tenía la ilusión de ir a River”, dijo a fines de 1980 un joven Maradona cuando estuvo muy cerca de ser transferido de Argentinos Juniors, donde comenzó su camino glorioso en el fútbol a los 15 años, al club del barrio de Núñez, en Buenos Aires.
La oferta de los millonarios, sin embargo, le resultó insuficiente y pocos meses después, en febrero de 1981, el Pelusa firmó contrato con Boca, equipo al que después le declaró su amor. Allí, en dos períodos (1981-1982 y 1995-1997), Maradona jugó siete superclásicos, con un saldo de tres triunfos, tres empates y una derrota. Su último partido como profesional, justamente, fue en el superclásico del torneo Apertura 1997, en el Monumental, cuando en el entretiempo fue reemplazado por Riquelme, considerado en la actualidad por muchos el máximo ídolo xeneize.
Casi medio siglo antes de la despedida de Maradona, Alfredo Di Stéfano dejaba River y Argentina para seguir su carrera en Millonarios de Colombia y años después dar el paso a Real Madrid, donde se transformaría en uno de los mejores futbolistas de la historia.
Di Stéfano vistió la camiseta de River en 1945 y, tras un paso de un año en Huracán, regresó para hacerlo otras tres temporadas, en la que coincidió con ídolos de la época como José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera y Angel Labruna, máximo goleador del club. No llegó a integrar la llamada Máquina, pero ganó dos títulos y jugó varios duelos ante Boca.
En su etapa como técnico, la Saeta rubia, apodo que recibió en River por su velocidad, consiguió ser el único en consagrarse campeón con ambos equipos. En 1969, Boca igualó 2-2 ante River y celebró el título en el mismísimo Monumental con Di Stéfano como técnico xeneize. Allí dio la vuelta olímpica y hasta recibió aplausos de los aficionados millonarios.
En 1981, el año de Maradona en Boca, River y Di Stéfano fueron campeones del torneo Nacional. Una de las figuras fue Mario Kempes, el Matador, goleador del seleccionado argentino que tres años antes había levantado la Copa del Mundo en el Monumental antes de ser la estrella del Valencia español.
La historia del superclásico tiene otras decenas de figuras en cada puesto de la cancha: los arqueros Amadeo Carrizo, Antonio Roma, Germán Burgos, Ubaldo Fillol, Hugo Gatti y Carlos Navarro Montoya; los defensores Oscar Ruggeri, Juan Pablo Sorín, Fernando Cáceres, Alberto Tarantini, Walter Samuel y Jorge Bermúdez; los mediocampistas Esteban Cambiasso, Fernando Gago, Marcelo Gallardo, Sebastián Battaglia, Norberto Alonso, Santiago Solari y Mauricio Serna; y los atacantes Javier Saviola, Martín Palermo, Fernando Cavenaghi, Ramón Díaz, Alberto Márcico y Guillermo Barros Schelotto, entre muchos otros.
Cuando todavía era un niño, antes de que llegara la hora del Barcelona, Lionel Messi estuvo cerca de incorporarse a las divisiones infantiles de River. Acaso su nombre sea el que, por el momento, le falta a la historia de millonarios y xeneizes.