Un ex marine estadounidense mató a 12 personas luego de abrir fuego la noche del miércoles en una reunión estudiantil en un bar en Thousand Oaks, cerca de Los Ángeles. El atacante, identificado como Ian David Long, se suicidó en el acto. En el tiroteo, aparentemente al azar, murió también un agente de la policía que entró minutos después de recibir las llamadas de alerta al 911. Según Los Ángeles Times, Long hirió a más de 18 personas que estaban recibiendo cuidados médicos en hospitales de la zona.
El ex marine de 28 años ingresó cerca de la medianoche a Borderline Bar and Grill mientras se celebraba una fiesta a la que asistieron varios jóvenes, según declaró el oficial Garo Kuredjian, de la oficina del Comisario del Condado de Ventura a The Washington Post. Todos los miércoles, el bar organizaba noches estudiantiles abiertas para jóvenes mayores de 18, lo que resulta atractivo para el sector juvenil que por lo general no puede entrar a locales nocturnos antes de los 21. La policía dijo que Long, vestido con un suéter negro y empuñando una pistola Glock calibre 45, comprada legalmente, se acercó a la entrada y le disparó a un guardia de seguridad que estaba afuera. “Luego entró al bar y disparó a otros empleados antes de atacar a los clientes”, dijo Geoff Dean el comisario de Ventura. “Es una escena horrible. Hay sangre por todas partes”, afirmó Dean a la prensa minutos después del atentado. Luego, en una conferencia ofrecida a los medios presentes, el oficial declaró que en la investigación en curso no encontraron vínculos terroristas. Dean agregó que los jóvenes salieron corriendo por las puertas traseras del bar. Algunos rompieron ventanas y otros se escondieron en un altillo y en el baño. “Desafortunadamente nuestros jóvenes, la gente de los clubes nocturnos, han aprendido que esto puede ocurrir. Ellos piensan en eso. Por fortuna, probablemente, ese estado de alerta, ayudó a salvar muchas vidas que pudieron salir rápido de la escena”, agregó el comisario sobre el segundo tiroteo ocurrido en menos de dos semanas y registrado en un espacio público.
“Sacó un arma y comenzó a disparar”, dijo Holden Harrah, un joven de 20 años que frecuenta ese bar y describió como debió arrastrarse para escapar y encontrar su auto. Matt Wennerstron, otro estudiante de 20 años también asiduo del lugar, dijo que el atacante disparó tantas veces como pudo. “Cuando empezó a recargar el arma sacamos a la gente de ahí y no vimos hacia atrás. Disparó mucho, al menos una treintena de veces. Todavía escuchaba los tiros cuando todo el mundo había abandonado el bar”, relató. Según otros testigos, Long habría tirado también una bomba de humo. “Todo el mundo se tiró al suelo rápidamente. Todo el mundo quería salir corriendo”, declaró una joven que escapó junto a su amiga por la ventana de una cocina. “Era un miércoles normal, nos estábamos divirtiendo en el bar y de repente escuchamos el ‘bang, bang’ y todo se volvió una locura. Empezamos a empujarnos hasta alguna salida”.
El hecho en Thousand Oaks ocurrió pocos días después de que 11 personas fueran asesinadas a tiros en una sinagoga en Pittsburgh, y meses después de que 17 estudiantes fueran masacrados en una escuela secundaria de Parkland, Florida. El oficial de policía refirió a los ataques anteriores y al reciente como horrores que acechan a Estados Unidos. “Son parte de los horrores que están sucediendo en nuestro país y en todas partes, y creo que es imposible entenderlos desde la lógica. No tienen sentido alguno”, sentenció. Asimismo Dean recordó a Ron Helus, el agente de policía que murió en el lugar. Helus y un oficial de la Patrulla de Caminos se dirigieron al club e intercambiaron disparos con el atacante, dijo Dean. “Durante el tiroteo, fue golpeado varias veces y finalmente murió como un héroe porque entró a salvar vidas”, consideró. Al ser interrogados por varios medios, quienes presenciaron el atentado en Thousand Oaks comentaron que estuvieron presentes en el festival de Las Vegas del año pasado, donde un hombre mató a 58 personas. Chandler Gunn, de 23 años, le dijo a Los Angeles Times que cuando se enteró del tiroteo, llamó a un amigo que trabaja en el bar y que también estuvo en Route 91 Harvest, el estival en Las Vegas. “Mucha gente en la que estuvo en la Vegas, va al bar de Oaks. Hay personas que viven toda la vida sin ver esto, y hay personas que lo han visto dos veces”, explicó Gunn.
Horas después de identificar al atacante, Infantería de la Marina afirmó que Long había servido al ejército como artillero en Afganistán desde noviembre de 2010 hasta junio de 2011 y dos meses después se convirtió en cabo. En tanto, la Universidad Estatal de California en Northridge dijo que Long fue estudiante de esa institución educativa y se presentó por última vez en 2016. Por su parte, la policía confirmó que esta no fue la primera vez que tuvo contacto con el ex marine. Los anteriores encuentros habrían sido por eventos menores, según trascendieron. En abril, varios oficiales llegaron a la casa de Long luego de recibir una denuncia por disturbios. Según los agentes de seguridad, el joven de 28 años estaba alterado y actuando de manera irracional. Al llegar a su casa un equipo de salud mental habló con él y barajó la posibilidad de que Long estuviera atravesando un trastorno de estrés postraumático como consecuencia de su servicio militar. Sin embargo, los especialistas determinaron que el ex marine no representaba una amenaza para él o para la sociedad, motivo por el cual no le ordenaron ningún tratamiento.
Jerry Brown, gobernador de California, se manifestó en la red social Twitter minutos después de lo sucedido. “Nuestros corazones sufren por las víctimas de este acto atroz” afirmó, al tiempo que agradeció también a Helus y otros funcionarios públicos que consideró que tomaron medidas heroicas para salvar vidas. En tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó que se colocaran las banderas a media asta hasta el atardecer del sábado.