En diálogo con PáginaI12, Viviana Reynoso, abogada del Colectivo Juguete Rabioso denunció la grave situación educativa en la zona sur de la Ciudad por la falta de vacantes y la superpoblación escolar. El colmo: en la inscripción para el próximo año el gobierno ofrece escuelas que no existen. “El gobierno dice que las van a construir para el año que viene pero hoy la escuela no está y los padres no saben si anotar o no a los hijos ahí”, denunció.
–¿Cómo es la situación de la educación educativa en el sur de la Ciudad?
–En el caso de la Comuna 8 y, en particular Lugano, es el distrito que menos oferta educativa de nivel primario tiene en toda la Ciudad. Y la menor oferta de jornada completa. Estamos frente a un problema estructural de base porque, justamente, es la zona con mayor población en edad escolar pero la que tiene menos oferta educativa. Hoy el problema es tan grave que tampoco hay oferta privada, por eso hablamos de violaciones concretas al derecho a la educación: en la zona sur hay chicos que directamente no van a la escuela. El sistema está totalmente colapsado.
–¿Y cómo podría solucionarse?
–Lo que se requiere no es una solución caso a caso, sino una solución estructural que, claramente, es construir escuelas. Esta situación es conocida hace tiempo: la propia Soledad Acuña presentó un amparo en 2006, cuando era legisladora, denunciando que faltaban escuelas en Lugano. Ella ya tiene bastantes años de gestión y sin embargo no ha solucionado el conflicto. A este panorama se suma que hoy, con la crisis económica, sube la demanda de vacantes estatales por los chicos que se pasan del sistema privado al sistema público.
–¿Cómo se organizaron desde el Colectivo Juguete Rabioso frente a esta problemática?
–Lo que nos motivó a participar activamente es que empezamos a notar que, si bien la falta de vacantes estaba muy identificada con el nivel inicial, descubrimos que en estos distritos el problema también se daba a nivel primaria, que es algo que no tiene tanta visibilidad. Y lo descubrimos porque notamos que cuando a los chicos no les pueden dar una vacante en Lugano o Villa Soldati, los mandan a otros distritos. Al principio, lo hacían poniéndoles un transporte escolar pero este año no se pusieron micros. Entonces, los chicos tienen que ir a una escuela que les queda a 1 hora de su casa como puedan. Y si no pueden viajar, no van a la escuela. La vulneración que sufren esos pibes es total.
–¿Cómo impactó el sistema de inscripción online?
–Todo este sistema lo que hizo es complicar aún más el acceso a la educación. Ya no solo que te den la vacante, sino también ingresar al sistema para poder acceder a la educación porque muchas familias en esos barrios no saben usar internet o saben pero no tienen conexión y entonces tienen que ir a un locutorio donde tienen que pagar, no tienen quien los asesore, etc. Hay una serie de problemas burocráticos a la hora de pedir la vacante que ya de por sí los excluye.
–¿Es decir que la inscripción online, que el gobierno presentó como una medida de modernización del Estado, lo que hizo fue profundizar aún más el problema de la falta de vacantes?
–Exacto. Porque lo que el gobierno no ve es que en esas zonas el acceso y el uso de la tecnología no es igual que en un barrio de clase media. Pero, además, el sistema online rompió el vínculo pedagógico entre las familias y la escuela. Antes de 2014, ante un conflicto en la inscripción, las soluciones las brindaban los docentes. Ahora hay un montón de conflictos que, si nadie los detecta, los chicos se quedan sin escuela.