Menos de 24 horas después de asumido como presidente, Donald Trump comenzó a cumplir una de sus promesas de campaña: desarmar el sistema de salud del anterior gobierno demócrata, conocido como Obamacare.

A través de la firma de un decreto, el nuevo mandatario ordenó que las agencias oficiales  "tomen todas las acciones acordes con la ley para minimizar la carga económica y regulatoria" del sistema hasta ahora vigente. De esta manera, se vuelve atrás con la reforma sanitaria que impulsó Barack Obama. El objetivo es "crear un mercado de seguros de salud más libre y más abierto".

Las cargas a las que alude el decreto son los reglamentos de la norma vigente. Al minimizar esos reglamentos se da vía libre a las agencias para desoír las normativas mientras se reforma Obamacare en el Congreso. En principio, la forma de cambiar a Obamacare es a través del Parlamento. Mientras tanto, Trump acometió a través del decreto.

La reforma que viene a desarticular Trump fue aprobada en 2010 después de un arduo debate. El objetivo de la Ley de Cuidados de la Salud Asequibles o Affordable Care Act, tal su nombre legal, fue garantizar el seguro de salud a todos los habitantes del país. Los republicanos se mostraron siempre muy reacios a esta norma y aceleraron su ofensiva en 2014, cuando obtuvieron el control de ambas Cámaras del Congreso.

Obamacare estableció un mercado de seguros médicos en el cual se pueden comprar seguros médicos regulados por el gobierno y que cuentan con subsidios. Extendió la cobertura a millones de trabajadores e introdujo nuevos impuestos. Además, amplió los alances de cobertura social de Medicare, el programa nacido en los años 60.

Trump convirtió el tema en una de sus principales armas durante la campaña. Calificó a Obamacare como “desastre completo” y aseguró que lo eliminaría si llegaba a la Casa Blanca.