La Policía Federal y la Tropa de Operaciones Especiales encontraron en la madrugada de ayer un cuerpo al costado de la ruta provincial 14, sobre el kilómetro 6 pasando Soldini en dirección a Piñero. Los investigadores sospechan que es el de Cristian Enrique, el joven fue visto por última vez en barrio Cabín 9 el martes 23 de octubre. Su familia asegura que fue secuestrado, y que sus captores vestían ropa policial. “La familia dice que no sabe si es el cuerpo de Cristian por el avanzado estado de descomposición, pero tenemos los tatuajes que tenian el chico en su cuerpo y por cómo se dio el hallazgo casi no hay dudas”, le dijo a Rosario/12 un investigador de la fiscalía que llevaba al causa por al desaparición. El hallazgo se produjo tras un llamado recibido por Karina Murgan la madre de la víctima, alrededor de las 20 del viernes. “Anda a buscar a tu hijo que está tirado en la ruta a Soldini entre el kilómetro 6 y 7”. La principal pista a esta hora es que “hubo un grupo de policías que lo sacan al chico de la investigación por el secuestro del gitano Miguel para obtener datos y cobrar plata, pero sospechamos que ahí pudo haber terminado todo. Pero como a Cristian lo dejan afuera del expediente, el resto de la banda que hizo el secuestro sospecha que los entregó, y esa banda está integrada por policías. El hallazgo salta como para desviar un poco la investigación porque ya la teníamos más que avanzada, con filmaciones y seguimientos” reveló el principal investigador de la desaparición de Cristian. “Es que los Cuatreros y los Stiflers, no son mansos al momento de pasar facturas. Peor aún cuando hay gente de azul que quiere borrar sus rastros” confió un minucioso conocedor del expediente.
Fuentes policiales señalaron que el hallazgo, pasadas las 2 de la madrugada, fue posible por un aviso telefónico a la madre del joven desaparecido, con indicación de la zona donde estaba el cuerpo y, en principio, la confirmación de que lo habían matado. El llamado fue en la noche del viernes, pasadas las 22. El rastrillaje de la Policía Federal, la Tropa de Operaciones Especiales y personal de la subcomisaría 6ª de la madrugada posterior permitió dar con el cadáver. Estaba en un zanjón, en la banquina oeste de la ruta, en avanzado estado de descomposición. Lo trasladaron al Instituto Médico Legal de Rosario para la autopsia. Por cómo estaba el cuerpo, los familiares que se acercaron hasta la institución no pudieron identificarlo.
“Los tatuajes del brazo son sin dudas los que nos describieron en Cristian, incluso tiene un tatuaje que dice Elsa, que es su abuela. La familia no quería verlo demasiado, más allá de la obligación y es entendible, por eso dijeron que no podían reconocerlo por el estado de descomposición del cuerpo”.
Para lo pesquisas que siguieron desde el primer día su desaparición existen piensan que el cuerpo estuvo allí desde día posterior al secuestro, el 23 de octubre. “Hubo días de lluvia y de altas temperaturas, por eso se aceleró el proceso de descomposición. El pasto debajo del cuerpo estaba quemado por los ácidos que libera el cuerpo. Y si bien estaba a unos seis metros de la ruta, era un zanjón donde los pastos tenían un metro de alto. Es más como el llamado de aviso solo orientaba en torno de los kilómetros seis y siete, los perros tardaron un rato en encontrarlo.
Según los investigadores el cuerpo no tiene disparos, solo golpes en distintas partes y algunas costillas quebradas por los mismos. La cabeza está intacta y no tiene disparos.
El fiscal de Homicidios Dolosos en turno Luis Schiappa Pietra se hizo cargo del hecho. En la zona trabajó la Policía Federal y Gendarmería con el auxilio de perros. La investigación es llevada adelante como un homicidio, a la espera de confirmaciones de autopsia e identificación certera. El ADN va a estar para dentro de 10 dias, en la semana después del fin de semana largo.
El último jueves el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Santa Fe ofreció una recompensa de un millón de pesos para aquellas personas que aportaran datos para conocer el paradero de Enrique. Los investigadores ya habían hecho un procedimiento en la sede de la Policía de Investigaciones (PDI).
El fiscal Matías Edery a cargo de la búsqueda recordó que “Fuimos a buscar información con fuerzas federales a la sede de la Policía de Investigaciones, desde donde trajimos libros de ingreso y egreso, libros de guardia y la descripción de móviles identificados y otro que no lo están además de cámaras de ingreso o egreso para saber si hubo autos similares que salieron o entraron de esa repartición”.
El fiscal reveló: “Los testigos dijeron que el vehículo en el que se lo llevan era un Chevrolet blanco, encontramos que la PDI no tiene esa marca de auto, pero sí tiene vehículos sin cola o baúl de color blanco similares. Por eso tomamos muestras de esos coches buscando restos humanos en su interior, resultados que aun no tenemos en nuestro poder”.