Sábado a las 5 de la tarde, la hora señalada. A esa hora exactamente la Bombonera está vacía. Las ideas de los que tienen que seguir llenando espacios audiovisuales, muestran un contenido similar. Algunos diarios empiezan la cuenta regresiva. Clarín pone un relojito: faltan 23 horas, faltan 22 horas, cincuenta y nueve minutos… y así. En un canal debaten Juan Simón, Jorge Bermúdez, Américo Gallego y Leonardo Astrada; en otro confiesan que les resulta muy difícil extender la previa de la previa; en otros discuten a los gritos y no se entiende nada. Que Boca se encapricha en jugar pronto, que River quiere postergarlo una semana porque puede recuperar a Ponzio y a Scocco, que nadie piensa en la gente; que hay que ver qué pasa con los hinchas que venían del interior del país y ahora no se sabe si se tienen que ir o quedarse; que Boca es más barrero; que el que se perjudica es River porque tiene jugadores de mejor toque.
Hay informaciones secretas que se develarán más tarde. Zapping. Dan el partido de Los Pumas contra Irlanda y a las 5 de la tarde en punto el irlandés Luke McGrath sale del scrum, a pasitos del ingoal y se tira en palomita: 23 a 17 y partido liquidado. En el canal estatal, que no tenía previsto transmitir la final a las cinco de la tarde ni hoy a las cuatro ni nunca en la reverendísima vida, la buena de Cristina Mucci entrevista a una joven novelista; en el Canal 26 muestran imágenes de otros estadios que están menos inundados que la Bombonera y dicen que es una vergüenza nacional, y que estamos en la lona porque a nadie se le ocurrió poner una ídem. En TyC Sports entrevistan a Daniel Angelici, el presidente de Boca.
–¿Cuándo se juega?
–Mañana (hoy) a las cuatro de la tarde.
–La cancha está mejor que hace un rato…
–Sí, pero había dificultades para el acceso. Había problemas con los trenes, con las calles inundadas, no era sólo el campo de juego.
–¿Y si mañana llueve?
–Nos vamos a reunir con los dirigentes de la Conmebol, con los de River y la AFA. Creo que no se puede pasar de las 13 horas para informarle a la gente si se juega o no se juega.
–¿Y por que no el sábado?
–Yo no tengo problemas, pero el servicio meteorológico dice que el sábado también llueve.
–¿Por qué no pusieron una lona?
–Me explicaron que no se puede porque debido a la alta temperatura de ayer se perjudicaba el pasto y era peor. Pero si quieren más precisión pregunten al canchero.
Un rato más tarde se confirma que no hay ninguna reunión a las 11 de la mañana y que la Conmebol es la que decidirá sola cuándo se juega si las condiciones del tiempo obligan a cambiar la idea original de hoy a las 16 horas.
A las cinco de la tarde alguien publica un twit con el texto que les envió el departamento de circulación del Grupo Clarín a los canillitas. Dice: “Sr vendedor. Les informamos que en caso de haber ganador entre River y Boca el precio de Olé será modificado por esta edición. Por favor controlen el precio impreso. Precio de venta: 35 pesos. En caso de igualdad, el precio no sufre modificación”. Poderoso caballero es Don Dinero.
A las cinco de la tarde, a la hora señalada, los jugadores de River se entrenan livianito y sin rivales en el Monumental y los de Boca hacen lo mismo en los terrenos de la Casa Amarilla.
A las cinco de la tarde se informa que llovió en un rato lo que llueve en un mes.
A las cinco de la tarde no llueve.