Irlanda dejó a Los Pumas expuestos en sus limitaciones. Si se prescinde por un instante del resultado –derrota 28 a 17 en Dublín—, el balance ratifica algunas impresiones del Rugby Championship. La primera, que el scrum volvió a ser una formación endeble, en constante retroceso y fuente de infracciones a favor del ganador. La segunda, que el equipo perdió frescura, esa saludable costumbre de correr y pasarse la pelota y no recibirla parado y sin ángulos para atacar. Hizo Delguy un muy buen try que fue la excepción, pero después tuvo escasas chances de vulnerar el ingoal rival. En el haber podrían incluirse el buen desempeño en el line –donde se destacó Petti robando tres—, la defensa ordenada ante embestidas del seleccionado local que generó varias veces más de veinte fases ofensivas y por supuesto, el tackle. Especialidad donde se destacaron Alemanno, Lavanini y Medrano, hoy más que un proyecto de primera línea.
El primer partido de Argentina en la serie de noviembre –ahora se le viene Francia– sirvió también para experimentar. Mario Ledesma colocó en cancha a tres debutantes: Rodrigo Bruni, Lucio Sordoni y Joaquín Díaz Bonilla. No tuvieron demasiados minutos para jugar, pero sus presencias apuntan a ensanchar la base de un plantel corto, cuando se lo compara con las potencias y sobre todo cuando hay lesionados que reducen las opciones del entrenador. En la primera línea esas ausencias fueron muy notorias: faltaron tres pilares que pueden alternar como habituales titulares: Tetaz Chaparro, Herrera y Figallo. También no estuvo Kremer por cuestiones personales, indiscutido en la segunda línea. Ante un equipo como Irlanda, el segundo del ranking mundial y solo por debajo de Nueva Zelanda, con una serie de catorce test matches ganados sobre los últimos quince y campeón del torneo Seis Naciones, la falta de recambios con experiencia se notó bastante.
Quedó claro en un scrum que no le encuentra la vuelta al empuje coordinado, que fue arrastrado por el pack irlandés y nunca obtuvo pelotas para atacar desde esa formación fija. A la media hora del primer tiempo, ese mal recuerdo de varios partidos en el Rugby Championship era más que una sensación. Solo se compensaba con un par de robos en el line gracias al timing de Petti para saltar y disputarle los lanzamientos propios a Irlanda. Otro punto flojo fue la conducción de Cubelli desde la base. Abusó del kick que más de una vez terminó en las manos de un rival. Así y todo, Los Pumas se repartieron el resultado de manera alternada y nunca fueron avasallados hasta el punto de quiebre que tuvo el partido. El tercer try de McGrath.
Desde ese momento, esa piedra en el zapato llamada Irlanda –Argentina nunca pudo ganarle como visitante, más allá de que le lleva ventaja en los mundiales– jugó con largas posesiones que colocaron al equipo de Ledesma en extrema defensa. Con 15 minutos por delante y una desventaja que no era indescontable, el ingoal local quedó cada vez más lejos. Ni siquiera los penales cometidos por Irlanda en el primer tiempo se repetían. Los Pumas estaban desgastados de tanto defenderse. Como en otros tiempos, a puro tackle y obligados a recular.
Ahora viene Francia, que será rival en el Mundial de Japón. La gira se cerrará con Escocia y Barbarians en Inglaterra. Así terminará un año que había empezado muy mal, pero que con las victorias ante Sudáfrica y Australia deja una sensación agridulce.