Los tambores en lucha de La Chilinga encabezan la caravana improvisada que se abre paso a puro baile por los callejones del Espacio Memoria y Derechos Humanos, en la ex ESMA. Es el cierre de la Noche de los Museos en este predio emblemático recuperado por los organismos de derechos humanos. La lluvia ya ha cesado y en el ambiente hay una alegría extraña pero despierta. Porque si bien durante toda la jornada se multiplicaron las actividades culturales y artísticas en todos los espacios que integran la ex ESMA, la principal intención fue visibilizar el vaciamiento y el ajuste que el gobierno nacional viene aplicando en el sector desde que asumió. “Estas jornadas siempre convocan a millares de personas que se acercan a ver qué sucedió aquí, a ver muestras culturales, eventos artísticos y a interpelarse sobre qué está sucediendo en el hoy. Por eso nos parecía importante poder darle otra mirada a esta Noche de los Museos desde lo que es la coyuntura actual de este espacio que ha sido vaciado y desfinanciado”, explica Carlos Pisoni, integrante de Hijos. “Por ejemplo, hoy no hay recolección de basura, no hay mantenimiento edilicio, no se han finalizado obras y se han cerrado programas que funcionaban aquí”, le detalla a PáginaI12.
Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Museo Sitio de Memoria ESMA, Casa de la Militancia de Hijos, Archivo Nacional de la Memoria y el ECuNHi fueron algunos de los edificios que se sumaron a la actividades y que recibieron a miles de personas durante la noche del sábado y la madrugada del domingo, con ingreso libre y gratuito. Por este motivo, se podía ver en todo el predio a muchos jóvenes y familias con niñas y niñas curioseando por los rincones y participando de las diversas actividades, como muestras plásticas y fotográficas, obras teatrales, conciertos de rock, hip hop y música popular (en el ECuNHi, por caso, se llevó a cabo la ya clásica Peña de los Abrazos), proyecciones de películas (Casa por la Identidad exhibió Verdades verdaderas, de Nicolás Gil Lavedra; y El camino de Santiago, de Tristán Bauer) y visitas guiadas.
Uno de los recorridos más interesantes se podía realizar en el espacio que corresponde a las Abuelas. En Casa por la Identidad, los visitantes podían conocer la historia de la asociación presidida por Estela de Carlotto a través de fotografías de los nietos recuperados y sus familiares, líneas de tiempo y gráficos didácticos que reconstruían las biografías de las víctimas del terrorismo de Estado que tomó el poder del país entre 1983 y 1976. Al menos 500 niños y niñas fueron víctimas de apropiación y en la actualidad fueron resueltos 128 casos. “En algunos de los 600 centros clandestinos de detención funcionaban maternidades clandestinas, como ocurrió aquí en la ex ESMA. Muchos niños y niñas nacieron en este lugar. No sabemos si todos los embarazos llegaron a término, por eso Abuelas sigue buscando”, explicaba la guía a los visitantes. Entre las imágenes más emblemáticas estaban las primeras fotos con los pañuelos blancos tomadas por la prensa internacional o la de un impactante operativo militar irrumpiendo en una casa en busca de “subversivos”.
En este mismo espacio se inauguró el sábado la muestra “Arte + Participación + Identidad = Escuela Pública”, que expone obras plásticas realizadas por pibes y pibas de escuelas primarias del distrito escolar 19 y 21, que abarca Pompeya, Lugano y Soldati. Una de las obras más llamativas era La Caja Blanca, un espacio para que el público interviniera con pinturas. “Educar es un acto de amor”, “La escuela pública tiene memoria” o “Despertar a una ciudad dormida”, se podía leer entre colores vivos, mariposas y flores rojas. También había una serie de pinturas en témpera y plasticola con el eje puesto en los pueblos originarios y una potente muestra fotográfica titulada “La piel de nuestra escuela”. “El objetivo de la muestra es que se vea cómo estamos trabajando en la escuela pública a pesar de que es un momento en el que la educación está casi diezmada. Hay falta de recursos e infraestructura, y el cordón del sur de la Ciudad es el más afectado. Hay un montón de pibes sin vacantes, pero hay una enorme voluntad de los docentes de seguir adelante. Por eso, nos ponemos la camiseta de la escuela pública, la seguimos defendiendo y creemos en la importancia de la memoria en los procesos creativos”, le cuenta a PáginaI12 Silvia Adriana Cardozo, supervisora del área curricular de educación plástica de ese distrito.
“Este distrito tiene tres maestros desaparecidos, Cacho Carlos Carranza, Guillermo Barros y Eduardo Luis Vicente, quienes luchaban por una escuela pública digna, por la igualdad social y la justicia. Entonces, la idea fue hacer un homenaje a estos maestros y transmitir esos valores”, explica Cardozo y resalta una serie de obras que crearon los alumnos con materiales reciclados, como cajas de cartón. “Una especie de Arca de Noé en donde todos los animalitos son distintos, porque en la diversidad somos todos uno”. En esta misma línea, en Casa de la Militancia de Hijos sobresalía una muestra plástica dedicada a Milagro Sala creada por el Colectivo Matria, “Sala Sublevada”. “Este lugar es un ícono de los derechos humanos a nivel mundial y que se encuentre en este estado para nosotros es alarmante. Por eso, estamos expectantes con preservar lo que tenemos, pero si no hay voluntad política este lugar no puede seguir funcionando y eso es una responsabilidad de Claudio Avruj (secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural) y del Presidente”, detalla Pisoni, de Hijos, mientras en la calle los tambores invitan a cantar: “Como a los nazis les va a pasar / A donde vayan los iremos a buscar”.