Desde Bariloche
El domingo culminó en la Catedral Nahuel Huapi de San Carlos de Bariloche la presentación del Fimba (Festival Internacional de Música de Bariloche): tres días de conciertos atractivos y variados, un festival antes del festival, con los que se anunció sonoramente el encuentro que entre el 10 y el 19 de mayo de 2019 reunirá expresiones de la diversidad que configura la actualidad de la música de concierto, organizado por el Ministerio de Cultura y Deporte de Río Negro.
El cantante franco argelino Marcel Pérès, el gaitero vigués Carlos Núñez y la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías de la Untref ofrecieron un concierto con un repertorio que propició provechosos cruces entre músicas tradicionales celtas y francesas y la poderosa impronta americanista de la orquesta dirigida por Alejandro Iglesias Rossi. Fue el tercero de una serie de conciertos que comenzó el viernes con la Orquesta Filarmónica de Río Negro. La formación provincial dirigida por Martín Fraile ofreció un programa con obras de Johannes Brahms, Ludwig Van Beethoven y Carl Reinecke, con la participación de la flautista Edelvais Montani como solista. El sábado, la amenaza de la lluvia obligó a los organizadores a trasladar el concierto que estaba previsto en el Camping Musical a la Catedral. La Filarmónica de Río Negro, con el mismo Fraile como director, se “encontró” con la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías. La sugestiva puesta en escena de Susana Ferreres agregó energía vital a un programa dedicado a músicas latinoamericanas, abordadas desde la perspectiva particular que proponía el encuentro de una orquesta tradicional y la que seguramente está entre las más originales del mundo. Antes actuó la Orquesta de Cámara Juvenil Cofradía, el radiante producto del trabajo que levan adelante en Bariloche Diego Díaz y Kyoko Korokawa.
En esta manera de conjugar diferencias entre lo local y lo foráneo, lo académico y lo autóctono, entre lo contemporáneo y otros momentos del tiempo, entre lo acústico y lo electrónico, entre lo europeo y lo americano, es posible percibir el espíritu del Fimba. Si bien todavía no tiene totalmente definida la programación, la dirección estética del festival seguramente irá en ese sentido. “Con el Fimba que estamos presentando queremos recuperar los grandes eventos de música clásica que marcaron una de las tradiciones culturales más importantes de San Carlos de Bariloche. Para nosotros es importante posicionar a Bariloche y a la provincia de Río Negro como referencia en el panorama musical sudamericano, pensando en su desarrollo cultural y también turístico, y sin dejar de pensar en el acceso a la cultura como un bien común para todos los ciudadanos. Por eso los conciertos son con entrada gratuita. En este sentido es un orgullo tener una orquesta provincial que durante el año recorre toda la provincia con el objetivo que todos los rionegrinos puedan tener acceso a este preciado bien cultural y disfruten de conciertos de excelente calidad, con artistas invitados y variados repertorios”, asegura Arabela Carreras, ministra de Turismo, Cultura y Deporte de la Provincia de Río Negro e impulsora del festival.
Dentro del Fimba se llevará a cabo el Rostrum, foro anual de compositores organizado por el International Music Council. Representantes de distintos países sesionarán para elegir y premiar las obras más destacadas de la producción musical contemporánea. En su 65° edición, será la primera vez que el Rostrum se realice fuera de Europa. “El Fimba será para músicos y público una oportunidad para intercambiar con otros, mostrar lo que hacemos y escuchar lo que se nos ofrece. Estamos trabajando para que la diversidad pase por la propuesta musical, pero que se extienda a los lugares de los conciertos, de modo que influya en la manera de percibir del público”, reflexiona Martín Fraile, director artístico y musical de la Filarmónica de Río Negro, una formación joven y solvente artísticamente, que lleva adelante un régimen de trabajo que le permite estar presente a lo largo y lo ancho del extenso territorio provincial. “Son varios ensambles que se combinan para armar la orquesta y cada uno tiene vida artística independiente en la zona de Bariloche, Viedma y el Valle. Una vez por mes nos juntamos para trabajar en función de un conjunto de actuaciones con la orquesta y de esta manera damos alrededor de cuarenta conciertos al año por el territorio provincial. Eso, sumado a los ochenta conciertos que dan los ensambles en su conjunto, da cuenta de una actividad que es artística y socialmente importante para nuestro medio”, destaca Fraile.
Significativa en la presentación del Fimba fue la presencia de la Orquesta Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías, que imprimió no sólo un sonido distinto, sino que propuso además una nueva dinámica artística. Construyendo los propios instrumentos según modelos autóctonos, componiendo e interpretando la propia música y poniéndola en escena, la Oiant sostiene una manera distinta de abordar la producción, a partir de un concepto integral. “Después de la revolución industrial, la compartimentación del saber hizo que por ejemplo en la música el compositor deje de ser intérprete, el intérprete no componga, el luthier quede aislado de ellos. La idea de este proyecto de la Universidad Nacional Tres de Febrero, que se transmite como Licenciatura y también a nivel de maestría, es volver a ese conocimiento tradicional en el que de forma integral el artista investiga para encontrar su instrumento, su color, su sonido. Lo busca, lo crea y lo interpreta. De alguna manera ser dignos de quienes pensaron que América es capaz de ser original y no una copia de Europa”, dijo Iglesias Rossi el sábado.
En sintonía con esta idea está Marcel Pérès, que llegó para cantar en la presentación. El hecho de que su primera actuación en el país sea en Bariloche, en la Patagonia, no deja de conmover a uno de los grandes estudiosos de música medieval de la actualidad, creador de numerosos centros de estudio e investigación de la música antigua en Francia, además de compositor y director. “La Patagonia ocupa un lugar importante en nuestro imaginario de europeos. Es una tierra de sueños y misterios, lejana, en el fondo del mundo, soberbia en su naturaleza. Cantar aquí me resulta muy estimulante”, dice Pérès, que es además creador, director e impulsor del Ensamble Organum, que a través de una discografía particularmente interesante cambió muchos de los parámetros de la codificación y la interpretación de la música antigua y pre antigua, convirtiéndose en una de las referencias más importantes entre estudiosos y el público. “Desde hace tiempo que con la Orquesta pensamos en hacer algo juntos. Ellos me invitaron pensando en que podría ser muy estimulante y enriquecedor juntar mi experiencia con la música medieval, trabajar juntos sobre el ritual del concierto y sus problemáticas y buscar nuevas maneras de transmitirlo, de llegar a otros públicos”, explica el cantante y continua: “Pude ver videos de los espectáculos de la Oiant y lo que hacen es muy original, por la manera en que rescatan la mitología precolombina, el lugar que dan al cuerpo en su manera de hacer música desde una concepción integral, desde la fabricación, la creación y la interpretación. Son únicos en el mundo. Esa idea de integralidad se liga con el trabajo que realizo, que también tiene que ver con redescubrir, reconstruir instrumentos, integrarlos, pero ellos nos estimulan a repensar muchas cosas. Antes que nada nos llevan a replantear el rito del concierto desde un concepto integral que recupera y al mismo tiempo relanza la obra con el favor de las nuevas tecnologías”.
Numeroso público asistió a los tres conciertos, un público que seguramente se multiplicará en cantidad y variedad para cuando el otoño recueste otra vez sus tonos rojizos sobre uno de los paisajes más bellos de Argentina, en mayo.