La canciller alemana, Angela Merkel, resaltó ayer en el marco del centenario de la introducción del sufragio femenino en Alemania que el hecho de que la mayor economía de Europa tenga una mujer al frente no significa que sea un país modelo en materia de igualdad de derechos y pidió más mujeres en el Parlamento.
Si bien Merkel se mostró “orgullosa” del hecho de que cuatro de los ocho empleados de la Cancillería con rango de director de departamento sean mujeres, afirmó que no le gusta el hecho de que muchas personas retraten a Alemania como un país modelo en materia de igualdad de derechos sólo por ser ella canciller. “Una golondrina no hace verano”, dijo la primera mujer en acceder a la jefatura de Gobierno en Alemania.
Políticas de alto rango del país presionan actualmente para que aumente la proporción de mujeres en el Parlamento alemán y en los parlamentos regionales. “También tendremos que explorar nuevas vías aquí”, comentó la mandataria en un acto organizado en Berlín sobre el voto femenino.
“Las cuotas fueron importantes, pero el objetivo debe ser la paridad, en la política, como en los negocios, la administración, la ciencia y la cultura”, dijo Merkel durante su discurso en Berlín en un acto festivo con motivo del centenario del sufragio universal femenino. La igualdad entre hombre y mujer sólo será posible “si ambos modifican su reparto de roles”, señaló la canciller, y agregó que “todavía queda mucho por hacer” y que los retrocesos en este aspecto no deben aceptarse. El Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán, “no es un capítulo glorioso en esta legislatura”, afirmó. “El porcentaje de mujeres en un Parlamento es una cuestión elemental que afecta a nuestra democracia, y tendremos que emprender nuevos caminos”, afirmó Merkel, al tiempo que dijo estar conmocionada por el número insignificante de alcaldesas en el país.
Anteriormente, la ministra de Justicia, Katarina Barley, y la ministra de la Mujer, Franziska Giffey (ambas socialdemócratas), habían pedido una mayor representación de las mujeres en el Bundestag. “Creo que si la mitad de la población son mujeres, ¿por qué la mitad de la representación más alta de nuestro país no está constituida por mujeres?”, declaró Giffey en el acto. Actualmente, la proporción de mujeres en el Bundestag es del 30,9 por ciento.
El fin de semana, Barley lamentó que cuando mira desde su escaño del Gobierno alemán las facciones del partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), del Partido Liberal (FDP) y de los conservadores apenas se vean mujeres. “A menudo hay un mar de trajes grises sentados allí. La cuota femenina allí está entre un diez y poco más de un 20 por ciento. Eso es fuerte. La única manera de que esto cambie es con una nueva ley electoral”. Para Barley, entre las posibilidades para luchar contra esto estaría la opción de hacer que las listas de candidatos de los partidos se alternan hombres y mujeres o hacer las circunscripciones más grandes con dos candidatos directos al Bundestag de diferentes sexos, dijo en el dominical alemán “Bild am Sonntag”. Merkel subrayó que la proporción de mujeres en el Bundestag tampoco era satisfactoria para ella. Cambiarlo, sin embargo, no es tan fácil, subrayó.
Desde el partido de Los Verdes hablan de una cuota legal. “Cien años después de la introducción del sufragio femenino, este paso debería haberse dado hace tiempo: es evidente que la proporción de mujeres en el Parlamento no está aumentando por sí sola”, criticaron la líder del partido, Annalena Baerbock, y la portavoz de política de la mujer del partido, Gesine Agena. Los Verdes tienen normas estrictas para la promoción de la mujer y tienen dos líderes del partido y dos del grupo parlamentario donde al menos uno de ellos es una mujer. De los 67 diputados verdes del Bundestag, 39 son mujeres.
Giffey también criticó la composición de los consejos de administración de las empresas alemanas. Aún el 94 por ciento de ellos sigue estando formado por hombres. Esto tiene que cambiar, reclamó.