“Con el kirchnerismo sólo no alcanza, pero sin el kirchnerismo no se puede”, es una frase que repite el intendente de Avellaneda, el kirchnerista Jorge Ferraresi, hoy bastante aceptada dentro del peronismo bonaerense ante el papel protagónico que jugará en la gran batalla electoral de este año. El PJ terminó el año dando saludables señales de unidad al momento de discutir el presupuesto en la Legislatura y, fundamentalmente, en el congreso partidario que buscó dar cabida a todos los sectores. Sin embargo, a partir de marzo y hasta junio cuando se cumpla el plazo legal para la inscripción de las candidaturas, es de esperar que las tensiones vuelvan. Las dudas giran en torno a la esperada vuelta al ruedo de Florencio Randazzo y al papel que podría desempeñar no el kirchnerismo en general sino Cristina Kirchner en particular. “Sabemos que hasta el día antes del cierre Cristina no va a decirnos si será candidata o no. Eso podría complicarnos, por eso lo que tenemos que hacer es tratar de generar un armado político propio, que no se resienta ante los vaivenes que pueda haber”, sostenía un intendente bonaerense enrolado en el grupo de los que piensan que la ex presidenta no tendría que encabezar la lista.
El sesgo de ajuste ortodoxo que fue tomando la gestión de Mauricio Macri a nivel nacional y la poca onda que recibieron de parte de María Eugenia Vidal desde la gobernación terminó por abroquelar al peronismo, que durante 2016 se dividió en cuatro bloques de intendentes. Los que vetaban al kirchnerismo dejaron de hacerlo y quienes consideraban que había que evitar todo contacto con el macrismo se volvieron más tolerantes. Ahora, en el inicio del año electoral, los grupos volvieron a la actividad con miras a posicionarse de la mejor manera para cuando llegue el momento de decidir las candidaturas.
Esmeralda y Randazzo
El Grupo Esmeralda, que conforman Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Juan Zabaleta (Hurlingham), entre otros, se reunió días atrás para trazar sus planes. Decidieron armar equipos de trabajo para preparar propuestas para cada sección bonaerense. “Algo profesional, bien hecho”, avisan. Así irán recorriendo cada distrito, especialmente los 80 municipios en los que el peronismo perdió. En cuanto a las candidaturas, no tienen una posición uniforme. Buscan encarnar la renovación del peronismo y no descartan que uno o más de uno de ellos formen parte de las listas, pero saben que necesitan dos candidatos fuertes para encabezar las nóminas.
Salvo Gray, el resto no sería partidario de que Cristina Kirchner se postule. “En estas elecciones no se plebiscita la década pasada ni la interna del peronismo. En 2017 tenemos que conseguir que se plebiscite la muy mala gestión de Macri”, señala Katopodis, quien remarca que hay que generar una propuesta “a futuro”, no de defensa del pasado. El intendente de San Martín fue uno de los que el año pasado mostró más entusiasmo con la posibilidad de que Randazzo sea el candidato.
El ex ministro del Interior y Transporte merece un par de párrafos aparte. En unos días se cumplirá un año que no aparece en público, desde aquella vez que compartió con Macri la inauguración del primer tramo electrificado de la línea Roca. Desde entonces, Randazzo buscó evitar un desgaste prematuro. Habló con todos los sectores, incluso mantuvo un encuentro con Máximo Kirchner y Wado de Pedro en busca de normalizar la relación, dañada desde la resolución de las candidaturas en 2015. Pero en público, nada. “¿Si me hubiera lanzado en octubre, dónde estaría ahora? ¿Estaría mucho mejor?”, le preguntaba días atrás a un interlocutor sabiendo que diría que no.
Randazzo mostró su intención de jugar en la interna del PJ durante las negociaciones por el presupuesto y en el congreso del PJ. Y algunos quedaron sorprendidos, para mal, por la intransigencia que mostró en sus posiciones. “Eso de decir ‘es esto o nada’, como hizo con la candidatura a presidente, lo repitió ahora. Si sigue así va a terminar solo”, pronosticaba un intendente. “En las conversaciones que tuvo Florencio planteó que no quiere ser candidato de un grupo de intendentes, busca algo más amplio. Y en el congreso del PJ lo que buscó fue que se garantizara la realización de la primaria que no se pudo hacer la última vez”, explicaban cerca del ex ministro. Por ahora, pese al largo silencio, las encuestas siguen mostrando a Randazzo como uno de los referentes del justicialismo con mejor imagen. Y no le desagradaría que tuviera que competir en la interna contra Daniel Scioli, la revancha de la elección que no fue.
Fénix y Cristina
Es el otro grupo importante, más afín al kirchnerismo. Entre los Fénix están el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, y los intendentes Verónica Magario (La Matanza), Ariel Sujarchuk (Escobar) y Gustavo Menéndez (Merlo), quienes también hicieron su primer encuentro del año el fin de semana pasado con el mismo objetivo de empezar a moverse de cara a las elecciones. Se vieron en Villa Gesell y sacaron una declaración con críticas a Vidal. Con respecto a Cristina Kirchner, sostienen que sucederá “lo que decida la gente” pero que, por ahora, la ex presidenta es la dirigente del justicialismo con mayor intención de voto. “Cuando vamos a los barrios, la gente nos pide por Cristina. No mencionan a ningún otro”, contó Magario en una entrevista a PáginaI12.
Qué hará Cristina Kirchner es una incógnita. Muchos creen que ella todavía no lo tiene claro y que la decisión la tomará cerca de los límites reglamentarios. Si se presenta, es raro pensar que algún dirigente justicialista la enfrente en las primarias. Por eso, ese intendente del Esmeralda hablaba de la idea de fortalecer un armado propio, lo mejor que podían hacer para protegerse de las eventualidades.
Las últimas encuestas resultaron favorables. Macri baja en la provincia aunque Vidal se mantiene. Entienden que por ahora se evalúa su personalidad antes que su pobre gestión, algo que tarde o temprano sucederá. Sergio Massa se mantiene arriba pero su armado es frágil. Uno de los peligros latentes es la colectora Cambiemos-PJ que motorizarían los intendentes dialoguistas Alejandro Granados (Ezeiza) y Mario Ishii (José C. Paz), con la intención de morderle un porcentaje al PJ oficial e impedirle el triunfo. Les falta un candidato atractivo para encabezar: se menciona a Diego Bossio y a Julián Domínguez, el ex presidente de la Cámara de Diputados y referente del grupo de intendentes del PJ de los municipios del interior. Días atrás, Domínguez provocó una airada reacción de Aníbal Fernández cuando consideró concluida la vida electoral de Cristina Kirchner. En el entorno de Domínguez se muestran ilusionados con la posibilidad de compartir un armado con Randazzo y que lo de candidato del macrismo es una “chicana” que le inventaron por haber participado “por error” en aquel extraño acto en que coincidieron Vidal, Ishii, Eduardo y Chiche Duhalde. Las fichas se mueven en los preliminares de la partida.