Uno de los tres secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, consideró ayer que el acuerdo alcanzado en Vaca Muerta entre los gremios petroleros y el gobierno de Neuquén para reducir los costos laborales “no se puede transpolar directamente” al resto de los sectores productivos, como planteó el presidente Mauricio Macri. La flexibilización laboral que el Gobierno tiene en carpeta fue uno de los temas de la reunión que mantuvieron el jueves el triunvirato de la CGT con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Daer desechó ayer esa propuesta y sostuvo que la competitividad empresaria “no pasa por el costo laboral” y responsabilizó a la UIA por los despidos y el creciente clima de conflictividad: “Ven tambalear un poquito su economía y la primera variable de ajuste son los trabajadores”, dijo.
“Cada vez hay más pobres y menos trabajadores”, se quejó Daer, y apuntó contra la UIA por desconocer los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo de fines del año pasado. “Salimos de la primera reunión en la que acordamos un bono y los mismos dirigentes de la UIA que estaban sentados a la mesa salían a desconocer el acuerdo. Después sucedió lo mismo con el acuerdo para no despedir”, acusó el dirigente, y pidió al Gobierno que “revise” la “representatividad” del sector industrial en las futuras mesas tripartitas.
Daer le restó legitimidad al número de despidos que maneja el oficialismo. “Hubo más pérdidas de puestos de trabajo, porque las medición del Indec habla de 100 mil y en el SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino) la caída era bastante mayor. En el sector informal seguramente la caída ha sido aun más”, aseguró. Sin embargo, sostuvo que la postura de la CGT frente a ese panorama no se dirime en “ser más duro o blando” con el Gobierno sino en “insistir en que necesitamos que los trabajadores tengan trabajo, capacidad de compra para mover la economía”. En ese sentido, reclamó que el Ejecutivo sea más “estricto” para que no ingrese al país “mercadería con dumping que destruye la industria nacional”.
Desde el Gobierno salieron ayer a ratificar que buscarán replicar en el sector metalmecánico el acuerdo laboral alcanzado con el gremio petrolero por la explotación del yacimiento Vaca Muerta. “Pedimos al sector sindical que si tiene alguna rigidez que evita las inversiones o que genera baja de empleo, que la corrija”, presionó el ministro de Producción, Francisco Cabrera. El ministró negó que esa afirmación esconda una flexibilización en ciernes. “Si uno les dice ‘flexibilización’ se asustan porque asumen que es una política pública general que de alguna manera precariza el empleo -dijo el ministro refiriéndose a los sindicatos-. Y la verdad es que nosotros estamos comprometidos con la generación de empleo de calidad”.
Tras la reunión del jueves, los gremios sostuvieron que en principio fueron “a escuchar” las distintas iniciativas en la materia que baraja el Ejecutivo. Entre ellas, figuran la reducción de las contribuciones patronales, el programa del empleo joven y un nuevo régimen de ART, a tiro de un decreto presidencial. “Ninguna medida va a salir sin el acuerdo la CGT”, sostuvo otro de los integrantes del triunvirato, Juan Carlos Schmid.
Para contradecir la posición oficial, Daer puso ayer como ejemplo un trabajador de la industria textil percibe un salario de 12.000 pesos y que, por lo tanto, la competitividad del sector “no es un tema de costo laboral”. El modelo de Vaca Muerta publicitado por el Presidente, concluyó, “no se puede transpolar directamente” al resto de la economía. Esta semana volverán a verse las caras.