Además de la movilización central en Washington, decenas de miles de personas más marcharon en otras ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Chicago, Boston o Atlanta. Pero no sólo allí, la protesta se repitió en otras partes del mundo, como Berlín, Londres o Sydney. A la portesta se sumaron estrellas como Emma Watson, Ariana Grande, Katy Perry, Alicia Keys, el documentalista Michael Moore, Cher y Madonna. Y activistas por los derechos civiles, los inmigrantes o las mujeres, como la feminista Gloria Steinem o Cecile Richards, presidenta de Planned Parenthood, una organización que cubre los gastos médicos de millones de mujeres sin recursos y practica abortos.
“Presidente Trump, yo no le voté. Dicho esto, respeto que sea el presidente y quiero apoyarlo, pero primero le pido que usted me apoye a mí, apoye a mi hermana, a mi madre, a mi mejor amiga, a toda la gente que espera ansiosa a ver cómo su próxima maniobra puede afectar drásticamente sus vidas”, dijo la actriz Scarlett Johansson, una de las oradoras
“No nos van a amedrentar y no nos van a silenciar”, proclamó la abogada de derechos civiles y activista Zahra Billoo, que habló “como mujer y como musulmana”. “Nuestra América nos incluye a todos en nuestra preciosa diversidad y requiere que marchemos para protegernos, este es el momento de arremangarnos, de tener valor y salir preparados para trabajar”, pidió a los manifestantes.
La Marcha de las Mujeres empezó como una iniciativa privada de una mujer que, consternada por la victoria de Trump preguntó en Facebook a varias de sus amigas si se animarían a ir a Washington al día siguiente de la investidura, algo similar a lo que ocurrió en la Argentina con las movilizaciones de Ni Una Menos. Hillary Clinton no participó en su organización pero dio su apoyo desde las redes sociales.