Las preguntas sin respuestas que nos dio y da todos los días el feminismo son, muchas veces, el motor de la lucha. Eso me hizo entender el último Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew en uno de sus talleres. Me demostró la cantidad de preguntas que tenemos y que surgen en estas charlas tan hermosas entre tantas mujeres trans y travas, lesbianas, bisexuales, tortas y no binaries y la necesidad de encontrar una respuesta.
Elegí este año, sin razones muy claras en principio, y tal vez por cercanía, el taller de “Mujeres, relación con su cuerpo y políticas del cuerpo”. Fue una experiencia muy intensa e interesante: las compañeras comenzaron contando sus experiencias y conclusiones acerca de eso. Experiencias parecidas por no decir iguales, en cuanto a la crítica que existe sobre los cuerpos que no se encuentran dentro de los cánones de belleza establecidos. En una de mis primeras reflexiones sentí como las historias se repetían y encontraban todas en un mismo punto, incluso la propia. Ahí comprendí que no era casual mi caída en ese taller, capaz era la forma inconsciente de cerrar algunas experiencias de una adolescencia compleja y una juventud desencontrada.
Eran todas historias y relatos dolorosos: la demostración del daño que te producen y te producís cuando no sos eso que te muestran que debes ser. El odio hacia los cuerpos gordos o, lejos de esas medidas imposibles, el odio hacia los cuerpos demasiado flacos o sin curvas, el odio hacia la mujer que no es lo que la sociedad patriarcal quiere que sea.
Pero no solo se trató de relatos, lo que buscábamos eran estrategias, herramientas, formas de combatir esos sentimientos, de ayudar a las otras que se sienten y sintieron mal, de cambiar este paradigma tan nocivo que cada día es más fuerte.
¿Amor propio? ¿Aceptación? Fueron algunas de las propuestas para afrontar el día a día. Pero ¿qué pasa si no te amas siempre? ¿Y si te cuesta aceptarte? Tal vez la respuesta sea entenderse como un tode, un cuerpo que vive experimenta, siente, decide. Un cuerpo más allá de lo estético. Pero supongo que no hay estrategias válidas para todes.
Una pregunta que surgió me dejo pensando y hasta el día de hoy me hace reflexionar…
¿Qué buscamos las mujeres al intentar llegar a esos modelos de belleza hegemónica? ¿Qué pensamos que tienen esas mujeres hegemónicas?
La primera respuesta es que capaz son más felices. Pero lo dudo, porque ellas son igualmente oprimidas y fuertemente criticadas. Detrás de la imagen de supuesto éxito se esconden muchas inseguridades y experiencias seguramente difíciles. Tal vez pensamos inconscientemente que de alguna manera ellas son más libres. Posiblemente no, pero en definitiva lo que buscamos y buscaremos siempre las mujeres es poder decidir sobre nuestro cuerpo, dejar de ser objetos de consumo, de crítica y algún día ser realmente libres.