La secretaría de Energía ayer una nueva suba en el precio de los biocombustibles. El biodiésel, que se elabora a partir de aceite de soja, aumentó 2 por ciento y el bioetanol en base a maíz 8 por ciento, mientras que el bioetanol producido a partir del azúcar sorprendió al retroceder un 3 por ciento. Las petroleras deben cortar el gasoil con un 10 por ciento de biodiésel y las naftas con al menos un 12 por ciento de bioetanol que, en la medida de lo posible, tiene que ser provisto en partes iguales por maiceros y azucareros. Por lo tanto, la pelota quedó ahora del lado de las petroleras. El gobierno, que viene presionando a YPF para que no mueva sus precios o lo haga lo más gradualmente posible, difundió ayer un documento donde detalló que este nuevo ajuste no debería ser trasladado al consumidor por las petroleras ya que impacta solo 0,2 por ciento en el gasoil y 0,3 por ciento en las naftas. Al cierre de esta edición YPF, Shell y Axion no tenían una decisión tomada. Una posibilidad es que esperen hasta diciembre cuando también se deberá aplicar la actualización trimestral del Impuesto a los Combustibles Líquidos
A comienzos de mes, la petrolera YPF demoró unos días antes de aumentar sus combustibles. La intención era esperar que la secretaría de Energía autorizara un nuevo incremento en el precio del biodiésel y el bioetanol para entonces mover los precios solo una vez tomando en cuenta también esa variable. La resolución se demoró, y como Axion y Shell ya habían actualizado sus valores, el domingo 4 la petrolera controlada por el Estado Nacional ajustó sus precios. El incremento fue menor al que había aplicado la competencia, sobre todo en gasoil. Por lo tanto, Axion y Shell se vieron forzados a dar marcha atrás parcial para no perder mercado. La última en aplicar la rebaja fue Raizen (Shell) que bajó hasta un 2,7 por ciento. Dos días después, finalmente salieron las resoluciones 105 y 106 de la secretaría de Energía con los nuevos precios de los biocombustibles lo que podría llevar a que las firmas vuelvan a subir los precios.
Ahora los ojos están puestos fundamentalmente sobre YPF que concentra nada menos que el 57 por ciento del mercado de naftas y el 62 por ciento del gasoil. La petrolera que conduce Miguel Gutiérrez venía trasladando a precios de manera automática el incremento en los biocombustibles hasta que el mes pasado no lo hizo, presionada por el gobierno. El problema es que YPF no es una empresa estatal sino una sociedad anónima que responde al conjunto de sus accionistas. Si YPF no toca sus precios es difícil pensar que la Axion y Shell vayan a hacerlo en lo que queda del mes. De hecho, ambas empresas habían aumentado 7 por ciento el gasoil a inicios de mes y luego de que YPF lo subiera solo hasta 3,7 por ciento tuvieron que retroceder sobre sus pasos para no perder mercado en un contexto de fuerte caída en el consumo de combustibles.
Desde el gobierno buscaron instalar que esa baja había sido por la caída de la cotización del dólar, pero desde las petroleras afirman que respondió solo a una estrategia de mercado para no perder a manos de YPF. Si trasladaran de manera automática el impacto de la devaluación la nafta y el gasoil deberían seguir subiendo porque el dólar subió por encima de lo que lo hicieron los combustibles.
En el escenario actual lo más probable es que esperen hasta el mes próximo antes de volver a tocar sus precios. El 1 de diciembre se espera la actualización trimestral del Impuesto a los Combustibles Líquidos que ajusta de acuerdo a la inflación. Ahí también volverán a evaluar como se encuentran los precios con respecto a la paridad de importación, tomando en cuenta la evolución del dólar y el crudo y lo que no pudieron trasladar hasta ahora. A ese ajuste es probable que le sumen el impacto de los bios, aunque anoche las empresas no daban por confirmada ninguna opción.