El sistema financiero empieza a mostrar señales de debilidad por la crisis. El ratio de incobrabilidad de los créditos se ubicó en 2,3 por ciento en el último semestre, con un incremento de 0,3 punto porcentual respecto del semestre anterior. El dato surge del informe de estabilidad financiera del Banco Central. En el organismo aseguran que la cifra no les preocupa porque la morosidad se mantiene en los niveles más bajos de los últimos 25 años y es “de las más bajas de la región”.
Uno de los elementos estructurales que sobresalió en el documento respecto de la morosidad fue el aumento del impago del crédito de las familias. “El ratio de irregularidad estuvo explicado mayormente por el segmento de préstamos a las familias (subió 0,6 puntos porcentuales hasta 3,6 por ciento)”, indicó el Central. Los hogares registraron un fuerte impacto por la aceleración inflacionaria y la pérdida de ingresos en términos reales. Esto incrementó la dificultad para abonar los vencimientos de cuotas tanto en líneas de consumo personal como de tarjetas de crédito. El Central detalló también que en menor medida aumentó la morosidad de los créditos de las empresas (creció 0,3 puntos porcentuales hasta 1,3 por ciento).
En el informe de la autoridad monetaria se indicaron otros datos técnicos que muestran el mayor riesgo financiero para las entidades bancarias. “La suba del riesgo crediticio se reflejó en los indicadores con micro datos como el indicador de la probabilidad de migración a una situación crediticia peor. Este índice aumentó durante 2018 en los créditos a empresas para ubicarse en el máximo en 10 años. El ratio correspondiente a los préstamos a las familias también creció a lo largo del año, manteniendo la tendencia ascendente registrada desde fines de 2015”, admite el BCRA.
El negocio de créditos de los bancos no sólo fue afectado por la mora sino que hubo en los últimos meses una importante caída del financiamiento ofrecido por las subas de las tasas de interés. La consultora Radar indicó ayer que octubre fue el mes de mayor baja de los préstamos al sector privado desde 2002. “La política de emisión cero ya muestra sus efectos contractivos para la economía real. El mes pasado, el primer mes de la nueva política monetaria, los préstamos del sector financiero cayeron 7,6 por ciento en términos reales”, indicó el análisis. Agregó que “es la mayor caída desde el estallido de la crisis de la convertibilidad en 2002, cuando los préstamos al sector privado habían caído 10,4 por ciento en términos reales”.
En Radar indicaron que “la consecuencia del apretón monetario no sólo se observa en la disminución de los créditos sino también en el racionamiento. Son varias las entidades que dan de baja líneas por temor a la mora de los préstamos”, indicaron. Aseguraron que el mayor retroceso se observó en los créditos comerciales. Se anotó una baja de 10,6 por ciento en términos reales. Los préstamos al consumo cayeron 5 por ciento y los créditos con garantía real lo hicieron en 3,9. “Todo indica que estos registros negativos se mantendrán en los próximos meses”, cerró el informe.