Los Pumas viven un presente inclasificable, por no decir algo más duro. No dan casi ninguna seguridad. Poco a poco fueron perdiendo las virtudes con que se habían enchufado en esta nueva etapa con Mario Ledesma como entrenador. La derrota amistosa ante Francia (28-13), por más diferencia que la reciente ante Irlanda (28-17) es preocupante por lo que proyecta. A diez meses del Mundial de Japón, el equipo está desdibujado. El scrum, su formación emblema por historia y obtención, es hoy la peor expresión de su rendimiento. El rival –que también será el del debut en Tokio– se lo hizo notar con creces. Pero no sólo ahí el seleccionado de rugby retrocedió. Este ciclo nació con otra idea: un juego dinámico, suelto, de contraataque, donde la pelota corra de mano en mano y el kick sea un recurso táctico. Aun ante adversarios superiores y sin subestimar otras facetas en las que sigue en deuda.
Igual que contra Irlanda, Los Pumas se pusieron en ventaja muy rápido. Con un try excelente del tucumano Moyano. Aquel de Delguy en Dublín también había sido el único del partido. Lo que indica una cosa. Que el equipo perdió su potencial de marcar puntos. Ahora le cuesta más arrimarse al ingoal. En el Rugby Championship, incluso con menos posesión de la pelota, lastimaba y llegaba al try con cierta facilidad. Pareciera que perdió confianza. Los dos wines fueron de lo mejor en el año y hoy casi no la tocan. Se volvió a un juego menos integrado entre backs y fowards. Se cometen errores infantiles, como el que provocó el tercer try de Guirado. Muchos son errores no forzados. Otros penales cometidos cuando el scrum va para atrás. Y si el scrum va para atrás, eso quiere decir que Los Pumas no son los Pumas.
De este partido con Francia quedaron muy pocos hechos para rescatar. La obtención en el line (solo perdió uno y sobre final, con el equipo ya vencido) y el desempeño que nunca baja de seis o siete puntos de otro tucumano: Nicolás Sánchez. Los tantos que siempre aporta en penales y conversiones, más lo que tacklea (en el ingoal propio evitó un try durante el primer tiempo), señalan que hoy es el jugador más indiscutido. Si bien Ledesma tiene un plantel corto, que se vio obligado a experimentar por lesiones o a no convocar a los que juegan en Europa por una regla que hace agua, los tiempos se le acortan. Va a tener que meter mano a fondo para evitar que el llamado grupo de la muerte en el Mundial de Japón –con Francia e Inglaterra– se transforme en el de la muerte súbita. O sea, que el equipo se vuelva en la primera ronda.
Argentina no puede dejar de reforzarse con los Pumas que juegan en Europa. Sánchez pasará a integrar ese grupo después de esta ventana de noviembre. Su club será el Stade Francais. En ese limbo de posibles convocados o no, también están Facundo Isa –el mejor rugbier argentino en 2016–, Juan Imhoff, Benjamín Urdapilleta o Patricio Fernández, por citar algunos. Otros fueron llamados para el Rugby Championship, pero por lesiones de compañeros. Por caso, los pilares Ramiro Herrera y Juan Figallo.
Una Copa del Mundo se juega cada cuatro años. Partidos como el de ayer con Francia y el camino recorrido hasta acá con Ledesma desde el torneo de las potencias del Hemisferio Sur, sirven para sacar conclusiones de cara a Japón 2019. Una de ellas es que el seleccionado no puede darse el lujo de prescindir de nadie.