En un ambiente tenso, varios cientos de habitantes de Tijuana, en el norte de México, protestaron hoy contra la llegada de caravanas de migrantes centroamericanos que quieren pedir asilo en Estados Unidos, mientras que el presidente estadounidense, Donald Trump, tuiteó que se trata de una “invasión”. Unas 300 a 400 personas, con banderas mexicanas y carteles, gritaron consignas contra los migrantes. Algunos manifestantes trataron de llegar hasta el albergue de los migrantes y lanzaron botellas contra la policía, que estaba protegida con cascos y escudos y que bloqueó el paso unas calles antes con vallas. “Van a quedarse aquí por meses y van a seguir viniendo más, ¿quién los va a sostener?”, dijo Arturo Alba, un médico que participó en la protesta de Tijuana. “Esto es una invasión”, dijo otro de los manifestantes mexicanos, usando las mismas palabras que utiliza Trump.
Unos 2.500 migrantes centroamericanos, entre ellos mujeres y niños, que salieron hace un mes de Honduras, están en Tijuana alojados en un albergue en el centro deportivo Benito Juárz”, a la espera de definir su futuro.
Otros 3.000 llegarán en los próximos días a esta ciudad del noroeste de México, de 1,7 millones de habitantes. La mayoría quiere pedir asilo en Estados Unidos, un trámite que puede durar muchos meses y que puede llevar también a su deportación.
Los manifestantes, con pancartas que decían “No más caravanas”, ondearon banderas mientras gritaban “¡Tijuana, Tijuana!” y “No más migrantes!” Luego caminaron hacia el albergue, pero fueron contenidos por la policía. Algunos periodistas fueron agredidos. “Fuera los invasores”, dijo Celia Oaxaca, una de las participantes en la protesta en la Glorieta Cuauhtémoc. “Luego son asesinos, no son gente buena. Y aquí ya estamos completos con la gente que hay”.
Mientras tanto Trump volvió a arremeter contra las caravanas migrantes a través de Twitter y exigió a los demócratas aprobar recursos para reforzar la seguridad fronteriza y construir un muro. “Los inmigrantes ilegales que están tratando de venir a Estados Unidos, muchas veces ondeando orgullosamente la bandera de sus países mientras que piden asilo en Estados Unidos, deben ser detenidos o deportados”, tuiteó. “Estados Unidos no está preparado para esta invasión y no la tolerará. Están causando crimen y grandes problemas en México. ¡Váyanse a casa!”, escribió Trump.
La protesta de ayer fue el segundo incidente que se registra desde que los migrantes entraron a México el 19 de octubre de manera irregular por el río Suchiate desde Guatemala. El primero fue una protesta de vecinos en el distrito de Playas de Tijuana.
Los centroamericanos, entre ellos mujeres y niños, recorrieron unos 4.500 kilómetros desde Honduras hasta llegar a Tijuana, huyendo de la pobreza y la violencia de pandillas. Otras dos caravanas más pequeñas pero también de miles de personas ingresaron después a México y quieren llegar también a la frontera, donde podrían pasar meses antes de poder solicitar refugio a Estados Unidos porque hay lista de espera.
Sin embargo, la pobreza y la violencia generalizada no son suficientes para que Estados Unidos les conceda el estatus de refugiados y muchos se terminan quedando en Tijuana. El sábado la Policía Federal mexicana reforzó la seguridad con una valla metálica en el cruce fronterizo de El Chaparral-San Ysidro, entre Tijuana y el condado de San Diego, mientras que en Estados Unidos colocó alambres de púas en los costados de los carriles de acceso. “La comunidad en México, en particular en Tijuana, está preocupada por el tipo de acciones llevadas a cabo por los miembros de la caravana”, dijo el director de operaciones de campo en San Diego de la Patrulla Fronteriza estadounidense, Pete Flores, a Fox News el sábado. El propio alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, tuvo expresiones de rechazo a los centroamericanos, de los que dijo que algunos son “una bola de vagos, marihuanos”.
Además de la manifestación antiinmigrante, ayer hubo otra en la que habitantes de la ciudad se manifestaron contra la xenofobia y expresaron su solidaridad a los migrantes. En un intento por reducir tensiones, algunos de los migrantes barrieron e hicieron limpieza en las calles y en los alrededores del albergue para mostrar un actitud positiva hacia la comunidad y contrarrestar las posturas xenófobas. “El pueblo de México tiene que saber que los hondureños somos agradecidos”, dijo un migrante en una asamblea que se hizo la noche del sábado en el centro deportivo “Benito Juárez”. “Gracias México por la comida, gracias por el techo, gracias por esta ropa”, expresó.
Carlos Yovani Gutiérrez, un migrante hondureño de 28 años, dijo que podría quedarse en Tijuana si no es posible solicitar asilo. “Anduve recorriendo y en varios lados me dijeron que sí, que estaban con las puertas abiertas. Me dijeron que la paga es poco, pero es seguro”, señaló.