Ni machos ni fachos. Con esa consigna, alrededor de dos mil participantes se sumaron este fin de semana largo al VII Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales, que cierra hoy en la Universidad Nacional de Avellaneda. Ayer sesionaron 28 talleres y hubo debates en paneles, sobre el rol de los hombres en las luchas feministas, el avance de la derecha en la región y la importancia de la Educación Sexual Integral para favorecer la construcción de nuevas masculinidades. Deconstruir colectivamente los propios machismos, poder hacer cuerpo las discusiones, para edificar una sociedad más igualitaria, son parte de los objetivos. Entre la concurrencia, hay integrantes de espacios políticos como Mala Junta, La Cámpora, Nuevo Encuentro, Patria Grande, Movimiento Popular La Dignidad, Seamos Libres, Partido Piquetero, y el PO, entre otros. Y delegaciones de Uruguay, Chile, Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela y Honduras.
El ELVA abrió el sábado al mediodía con una multitudinaria asamblea plenaria, en la sede de ATE Nacional, en el barrio de San Cristóbal, desde donde por la tarde les participantes –porque el lenguaje inclusivo, con la “e” es parte del activismo antipatriarcal– arrancaron para ser parte de la XXVII Marcha del Orgullo LGBTIQ.
“La idea fue trabajar los debates que se han dado este año en Argentina, la región y el mundo. Lo más probable es que no nos llevemos algunas respuestas concretas. Estaría muy bien que podamos irnos con acuerdos sobre las preguntas que tenemos que hacernos”, sintetizó, en diálogo con PáginaI12 Juan Pablo Cuciniello, coorganizador del evento y referente de Mala Junta. “Los varones tenemos que cuestionar nuestros privilegios como hombres. No podemos andar pidiendo a nuestras compañeras que nos den indicaciones de cómo comportarnos o qué hacer, el mensaje es claro y tenemos que escucharlo: soltar nuestros privilegios; ayudar a desarmar la cultura de la violación; romper con la complicidad machista”, señaló. “Por otro lado, la doble traición al patriarcado de ser hombre feminista y puto nos empuja a las disidencias a luchar con más fuerza contra este sistema opresor, en un contexto muy preocupante para muchos de nosotres”.
El ELVA, aclaró Cuciniello, se planteó como espacio antipatriarcal, anticapitalista y antimacrista. Desde ayer, el encuentro tiene lugar en la Sede Piñeiro de la UNAV. La llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil y sus implicancias a nivel regional, el avance de la derecha, la avanzada antiderechos contra la ESI, los derechos no reproductivos, nuevas parentalidades, las violencias machistas en distintos espacios, y el trabajo sexual de varones, fueron algunos de los temas de debate en talleres. En el panel principal, las disertantes fueron la activista travesti Marlene Wayar, la historiadora feminista Dora Barrancos, y Say Sacayán, hermano de Diana, impulsora de la sanción de la ley de cupo laboral trans en la provincia de Buenos Aires, fundadora del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L) y víctima en 2015 de un travesticidio.
Uno de los participantes fue Cristian García Morales, psicólogo, de 30 años, del Colectivo Traidores de Papá, de Uruguay, un grupo de diez compañeros que militan desde 2014 en el ámbito estudiantil universitario de Montevideo “revisando nuestros propios machismos, nuestras propias violencias, nuestra propia homofobia”, contó. También hacen talleres dirigidos a varones. Trabajan con tres premisas: no competir, no juzgar a los compañeros y tampoco ser cómplices de sus machismos o violencias. Quienes integran Traidores de Papá “nos autopercibimos como varones, hay compañeros heterosexuales y que no lo son”, contó. Participa del ELVA desde el tercero, que se hizo en La Plata. El Encuentro tuvo su primera edición en 2012 y la sede fue variando entre diversas provincias como Mendoza o Córdoba. En 2017 se hizo en Chile.
–¿Cuál cree que tiene que ser el rol de los varones en las luchas feministas?
–No somos el sujeto de las luchas del feminismo. Consideramos que nuestros espacios son entre varones. Nuestro rol tiene que ver con poder cuestionarnos, a nosotros mismos. El otro rol que podemos tener es hablar con otros varones. Aprender a habitar la invisibilidad. Somos muy críticos de habitar el espacio público que históricamente hemos ocupado los varones, y de hecho, no participamos como agrupación en las marchas feministas. Particularmente en las del 8 de marzo, del año pasado y este, decidimos contribuir a generar las condiciones para que mujeres y cuerpos feminizados puedan ir y entre otras cuestiones, nos ocupamos de tareas de cuidado.
Jeremías Ortiz, forma parte del Colectivo TueTue, y llegó de Chile. Cuenta que alrededor de cuatrocientos chilenos viajaron al ELVA. En su caso, es el segundo Encuentro en el que participa con su organización.
–¿Qué es ser varón antipatriarcal en Chile?
–Es un tema increíblemente complejo que podríamos resumirlo como estar en tensión: primero deberíamos partir definiendo que declararse “antipatriarcal” nos parece incongruente. No hay macho de esta especie que no haya sido criado bajo el patriarcado y socializado en su seno. Esto implica que negar el machismo en los hombres, aun en los más concientizados y alertas, es pretender grandilocuencia. Para nosotros, declararse “antipatriarcal” responde a la necesidad de proyección política, más no a un proceso identitario concluido en el que automáticamente dejas de ser patriarcal por asumir el prefijo anti. Históricamente hablando, el patriarcado es quizás la institución social más antigua de la humanidad; pensar en depurarnos de ella en unos pocos años es infantil. Considerarse “antipatriarcal” es considerarse en tránsito, en proceso. Y ese proceso es perfilarse como hombres que hemos articulado violencia patriarcal en alguna de sus vertientes y hemos tomado conciencia de ello y de nuestros privilegios en esta sociedad; o sea, en algún momento hemos sido opresores. Una vez asumido eso, nos encontramos con el qué hacer. Se pueden dar infinidad de debates metodológicos y de fondo. Nosotros hemos optado por la acción crítica y educadora para con nuestros pares varones.