La autoridad monetaria confía en que el mes que viene podrá perforar el piso del 60 por ciento anual al que se comprometió a mantener la gestión anterior de Luis Caputo como ancla cambiaria, pese a que fue el cambio de estratégica de Sandleris el que llevó el costo del dinero por encima del 74 por ciento. Dependerá que las estimaciones privadas auguren un sendero descendente de la inflación, sin importar el valor absoluto. El Banco Central realizará mañana la última licitación de sus Letras en pesos (Lebac) previa a su extinción y reemplazo completo por las Leliq (Letras de Liquidez), más costosas en términos de tasa de interés. El vencimiento asciende a 160.519 millones de pesos, pero el organismo que comanda Guido Sandleris que sólo renovará 40.000 millones. El excedente de 120.000 millones de pesos sin renovar sería absorbido en las posteriores colocaciones diarias de letras de más corto plazo, a lo que se suman mañana las licitaciones de dos letras del Tesoro Capitalizables y de una serie en pesos ajustable por CER.
“Nos comprometemos a mantener las tasas a corto plazo en o por encima del 60 por ciento, al menos hasta que el promedio de las expectativas de inflación reportadas en el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) a un horizontes de 12 meses hayan declinado decisivamente durante dos meses consecutivos”, incluye el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario en su redacción de fines de agosto. En el actual contexto económico, se prevé que esa situación se confirme en el próximo informe del REM, que recoge las opiniones de bancos y consultoras. Esto no implica que se espere una inflación baja, sino que, al menos evidencie una desaceleración. Este año se estima finalice cerca del 50 por ciento punta a punta. Con el reemplazo de Caputo por Sandleris el compromiso fue incluso mayor: mantener invariable la base monetaria (circulante y depósitos en pesos) hasta junio próximo. Para mantener el objetivo de una plaza seca de pesos, la nueva gestión del Central incorporó como su principal herramienta de absorción monetaria a las Leliq.
El resultado fue que la tasa rectora para el sistema financiero pasara del 60 al 74,01 por ciento. Sólo en la primera semana de su política hiper contractiva y la aplicación de bandas de flotación para el dólar, la tasa se disparó once puntos a 71,3 por ciento. Esto se explica porque se trata de instrumentos de más corto plazo que las Lebac. En definitiva, Sandleris desactivó la bomba de las lebac creando una de leliq. En la última licitación de Letras de Liquidez la tasa de interés se ubicó en 62,2 por ciento, mientras que la tasa de interés para colocación primaria de la Lebac asciende a 57 por ciento para el plazo más corto de 35 días, según cifras de la autoridad monetaria. Desde el entorno de Sandleris dejaron trascender la semana pasada que el compromiso de 60 por ciento de piso de tasa de interés quedaría sin efecto, aunque sea la actual gestión la que la aumentó más allá del mínimo acordado con el Fondo para poder poner al dólar en pausa.
El viernes el organismo además anunció que sobrecumplió la meta de contracción de base monetaria –el circulante ascendió a 1,23 billones de pesos, 40.000 millones menos de lo previsto–, lo que le da margen para renovar menor cantidad de lebac. El stock de leliq actualmente se ubica en 676 mil millones de pesos, la mitad de los 1,3 billones que llegaron a sumar las lebac. La diferencia fue absorbida en otros instrumentos y buena parte se fue al dólar.
Para colaborar con la absorción del flujo de pesos que no se renovarán mañana de Lebac, Hacienda licitará Letras del Tesoro Capitalizables en pesos con vencimiento 22 de febrero de 2019. Esta letra será a un plazo de 91 días capitalizable mensualmente a la tasa nominal mensual de 4 por ciento. También colocará Letras del Tesoro en Pesos Ajustadas por CER a un plazo de 91 días con vencimiento 22 de febrero 2019. La licitación será por precio, con lo cual el rendimiento estará dado por la inflación más la tasa que resulte de la operación. La recepción de ofertas será entre las 10 y las 15 de mañana. “Reducir el número de formatos de instrumentos de deuda pública en el mercado local para concentrarse en instrumentos en pesos nominales y en pesos vinculados a la inflación. De esta forma, se podrá dotar al mercado argentino, que no cuenta aún con un componente estructural de demanda por títulos vinculados a la inflación, de una opción de inversión de estas características”, explica el comunicado de Hacienda.