El bloque automotor perdió en los últimos tres años 4469 puestos de trabajo, lo que equivale al 5,5 por ciento de su plantilla laboral. Esa merma se explica casi en partes iguales por el empleo en la fabricación de componentes a cargo de los autopartistas como de vehículos terminados por parte de las terminales radicadas en el país. El deterioro del empleo es el resultado de la caída de la producción, de las ventas al mercado interno y el aumento del peso de los autos importados en el ámbito local.
Según datos calculados por el CEPA, el bloque automotor (auopartistas y automotrices) registró en su actual conformación un pico de empleo en 2012, con un total de 88.663 trabajadores registrados. En el primer trimestre de 2015, ese número se ubicaba en 81.011 empleados y a principios de este año bajó hasta los 76.542 trabajadores. Eso da una pérdida de 4469 puestos, que se profundizó con el estallido de la crisis económica desde el segundo trimestre. Las estadísticas mensuales de Adefa, entidad que agrupa a las automotrices, muestran caídas interanuales en el nivel de producción de unidades del 20,6 por ciento en septiembre y del 11,8 en octubre.
En relación a los primeros diez meses de 2015, la producción de autos registra una caída del 11,5 por ciento que se descompone de la siguiente manera: en enero-octubre de 2016 hubo una baja del 16,4 por ciento, luego en el mismo período de 2017, un alza del 15,9 por ciento, y en los diez primeros meses de este año, un incremento del 3,7 por ciento. Se produjeron 449.694 unidades entre enero y octubre de 2015 y 409.366 este año. La caída de la producción de unos 40 mil vehículos en el período analizado podría haber sido peor si no fuera por las exportaciones, que avanzaron en unas 10 mil unidades, al ubicarse en 210.472 unidades en diez meses de 2015 y en 220.365 en el mismo período de 2018.
También las ventas en el mercado interno avanzaron de manera positiva, al pasar de 500.953 unidades entre enero y octubre de 2015 a 600.303 vehículos en los primeros diez meses de este año, según datos de Adefa. Sin embargo, la política de apertura comercial generó un fuerte desplazamiento de vehículos nacionales en favor de los importados. Se trata de unos 100 mil vehículos más que las terminales vendieron en el mercado local pero el ingreso de importados redujo el mercado disponible para los nacionales: la venta de unidades fabricadas localmente se redujo en más de 60 mil unidades, ya que cayeron de 233.273 en diez meses de 2015 a 170.576 unidades. En cambio, los autos importados por las propias terminales, unidades provenientes principalmente de Brasil, ascendieron de 267 mil vehículos en diez meses de 2015 a 430 mil unidades este año (un avance de 170 mil vehículos en la comparación punta a punta).
“La participación de las importaciones sobre las ventas totales pasó del 53,8 por ciento en 2015 al 71,7 por ciento este año, es decir, casi 20 puntos porcentuales en tan sólo tres años, lo que implica un claro reemplazo de producción nacional por importada”, indica el informe del CEPA.
Según los datos del Indec, el sector automotor está utilizando apenas el 44 por ciento de su capacidad instalada. Días atrás, el líder del Smata, Ricardo Pignanelli, advirtió que si no hay un cambio de tendencia, corre peligro el 15 por ciento de la plantilla de las automotrices. A nivel empresa, Fiat abrió retiros voluntarios en su planta de Córdoba y hasta el 20 de diciembre trabaja sólo tres días a la semana, similar al esquema adoptado por General Motors. Ford también cerrará líneas de producción en diciembre y hay recortes de trabajo en Peugeot y Renault.