A pocos días de la cumbre de presidentes del G20 y a partir de las múltiples amenazas de bomba falsas que se registraron ayer en la Ciudad de Buenos Aires, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, decidió adelantar las medidas de seguridad y anunció las zonas de restricción y veda que se dispondrán para la visita de los 18 líderes mundiales. Los ferrocarriles no funcionarán el viernes 30 de noviembre ni el sábado 1 de diciembre, mientras que las estaciones de Retiro, Once y Constitución permanecerán cerradas. Tampoco operarán el Puerto de Buenos Aires ni el Aeroparque Metropolitano.
Durante una conferencia de prensa que compartió con su colega de Transporte, Guillermo Dietrich, y el titular del Sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi, Bullrich confirmó que el operativo que blindará a los asistentes a la Cumbre contará con 22 mil efectivos, más 700 empleados del propio ministerio, que trabajarán en las sedes de la reunión.
En la zona de Puerto Madero, que va de Udaondo hasta San Martín, habrá “veda en el agua, en el aire y en la tierra”.
“La seguridad es uno de los elementos preponderantes en un evento de este tipo, con la presencia de los mandatarios más relevantes del mundo. Será un dispositivo de seguridad potente, fuerte y adecuado al desafío”, dijo Bullrich .
Buenos Aires estará intransitable, tal como había adelantado la funcionaria el viernes pasado, cuando le sugirió a los porteños que se fueran de la ciudad. A raíz de la Cumbre, se verán afectados los servicios de trenes, subtes, colectivos y combis. Las estaciones cabecera de Retiro, Once y Constitución permanecerán cerradas, lo mismo que el Subte, que no brindará servicios ni viernes ni sábado y el jueves algunas líneas tendrán un trayecto “corto”. En el caso de los colectivos, en principio funcionarán con “disrupciones”, ya que no podrán acceder a las zonas cerradas por cuestiones de seguridad.
Aeroparque sólo operará con las comitivas que asistirán a la Cumbre, por lo que estará cerrado desde el jueves 29, a las 15, hasta el sábado 1 a las 22, mientras que El Palomar tampoco funcionará y Ezeiza seguirá operando normalmente, con un protocolo especial.
El objetivo principal del Gobierno, según explicó Lombardi, será mostrar a la Argentina “como símbolo y como marca”. Para ello dispondrá de un gran despliegue de las fuerzas de seguridad, que estará a cargo de las policías Federal, de la Ciudad y Bonaerense. “Van a cubrir todas las zonas en que se va a desarrollar el evento, las seis sedes, más los lugares donde se puedan realizar las manifestaciones”, detalló la titular de la cartera de Seguridad.
Bullrich dijo, además, que su cartera tendrá un “cuidado especial” sobre la “expresión de miembros de la sociedad o de otros países del mundo que vengan a tener una posición contraria” a la Cumbre, y aclaró que habrá un “comando unificado” en su ministerio y “comandos tácticos” en las distintas sedes, además de un “comando de enlace internacional” que funcionará en el departamento central de Policía. “Hemos enviado una nota a los que se han organizado en contra del G20 para tener un diálogo maduro e inteligente, en el que nosotros como país podemos desarrollar esta cumbre mostrando Argentina al mundo y que quienes quieran manifestarse puedan hacerlo con el mismo clima”, dijo Bullrich.