La nueva ola conservadora que se está expandiendo por la región lleva como bandera un neoliberalismo zombie, dijo ayer el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera. “El neoliberalismo que ha triunfado recientemente en algunos países de América Latina es fosilizado. Están repitiendo las viejas recetas que hace 20 años fracasaron. No hay inventiva, no hay creatividad, no hay esperanza. Lo que ahora tenemos es una especie de neoliberalismo zombie que sobrevive. Pero yo insisto en que esto se va a acabar”, afirmó. Junto con el profesor de la Universidad Complutense de Madrid y cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, García Linera presentó la conferencia “El futuro de la izquierda y de la dignidad humana”, en el segundo día del Foro Mundial del Pensamiento Crítico, organizado por Clacso. En el caluroso auditorio 1 del estadio de Ferro que estallaba de gente, el español y el boliviano pensaron en conjunto cuál es el rol de la izquierda en los años venideros.
El primero en tomar el micrófono fue Monedero, quien empezó admitiendo que definir qué es izquierda y qué es derecha, no es tarea fácil, una discusión que sirve de continuidad a las palabras pronunciadas el día de ayer por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pero el académico aventuró una teoría: “Hay una idea fundamental que diferencia a las personas progresistas de las personas conservadoras. Las personas progresistas confiamos en los seres humanos; las personas conservadoras, no. Las personas que no confían en el ser humano van a terminar justificando gobiernos autoritarios, incluso la violencia, el paramilitarismo. En cambio, el pensamiento de izquierda necesita confiar en los demás”.
El académico, luego, expuso, siguiendo a Espinosa, que los seres humanos tenemos dos grandes sentimientos: el miedo y la esperanza. “El miedo monologa, pero la esperanza necesita dialogar y cooperar. En esa lucha en nuestras sociedades, cuando se instala el miedo, gana la derecha”, aseguró Monedero y sentenció: “Hay un sector de la izquierda que piensa que es más inteligente y más de izquierda cuanto más apocalípticos, oscuros y tenebrosos son sus discursos. Eso no es verdad. La gente que no abre vías de esperanza está trabajando para el conservadurismo”. Los aplausos llenaron la sala.
El profesor pasó la posta a García Linera, quien estimó que la primera oleada progresista que recorrió la región en la última década y media pareciera haber terminado. “Hay que ser fríos y reparar en los límites y los errores cometidos durante esa primera oleada, porque tenemos que prepararnos para la segunda”, disparó el vicepresidente boliviano, quien recibió una sonora ovación.
García Linera analizó los logros alcanzados por los gobiernos progresistas de América Latina de esa primera oleada, comenzando por la redistribución de la riqueza. “¿Qué significa ser de izquierda? Haber sacado a 72 millones de personas de la pobreza”, afirmó. Fortalecimiento de los sindicatos y organizaciones sociales, democratización creciente, políticas de integración y soberanía continental, entre otros, fueron los demás puntos destacados por el vicepresidente.
En cuanto a los límites, García Linera fue tajante en la debilidad de las transformaciones del sentido común. “En el fondo, la política es una lucha por la construcción del sentido común.Y los gobiernos progresistas supieron utilizar un discurso específico en el momento preciso en que un pedazo del sentido común –que apostaba al mercado para la satisfacción de las necesidades, que delegaba en empresarios los problemas de los pobres, etc.– se resquebrajó en un momento de catarsis social”, comenzó. “Cuando se llega al gobierno se cree que ese nuevo sentido común está enraizado. Pero lo que hemos entendido es que el sentido común es un sedimento conservador y que si los gobiernos progresistas no hacen un esfuerzo planificado y sistemático en todos los aspectos para transformarlo, el viejo sentido común volverá a reconstruir y desplazará al nuevo sentido común progresista superficial”, continuó. “De ahí la paradoja: ¿cómo es posible que compañeros que salieron de la pobreza fruto de las políticas progresistas voten en contra de un gobierno progresista? Parece una traición. No lo es”, aseguró.
García Linera reiteró que la izquierda debe prepararse para volver a tomar el poder y expresó su deseo de que esta vez, con esta posible nueva oleada de gobiernos progresistas, cuenten con apoyos de otros lugares del mundo. “Miramos a España, a Inglaterra, a Francia, a Italia, a todas las partes del mundo, con la esperanza de que no nos dejen solos.Con la esperanza de que la siguiente oleada pueda ensamblarse con una oleada continental y mundial”, afirmó.