En diciembre el PRO cumplió nueve años gobernando de manera ininterrumpida la Ciudad de Buenos Aires. En ese período, el valor de los impuestos y servicios regulados por el gobierno porteño subieron muy por encima del promedio de los precios y salarios, recortando de manera significativa el poder adquisitivo de los vecinos. La inflación acumulada desde diciembre de 2007 osciló en torno al 775 por ciento, según las consultoras privadas, mientras que el taxi, con adicionales incluidos, llegó a trepar por encima de 1000 por ciento en igual lapso. En los peajes, la suba acumulada llega al 2900 por ciento y con las nuevas tarifas ya anunciadas, que entrarían en vigencia el mes próximo, en algunos tramos los aumentos terminarán siendo de hasta 4900 por ciento. La recaudación conjunta del Alumbrado, Barrido y Limpieza y el impuesto Inmobiliario trepó más de 1000 por ciento en nueve años por los ajustes aplicados y este mes comenzaron a llegar las boletas de 2017 con subas de hasta un 38 por ciento. El subte, por su parte, recién pasó ser gestionado por la Ciudad en 2012. En ese lapso, el pasaje aumentó 582 por ciento, contra una inflación que no superó el 250 por ciento, y en el gobierno ya trabajan en un nuevo incremento. Lo que sigue es un detalle de como el PRO gobernó a puro tarifazo.

Peajes

Mauricio Macri asumió como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el 10 de diciembre de 2007. La autopista Arturo Illia costaba entonces 50 centavos para los autos y 25 centavos para las motos. Además, los vehículos con cuatro ocupantes podían pasar gratis en las horas pico (de 7 a 10 y de 17 a 20). Esta última medida buscaba incentivar los viajes en grupo para tratar de descomprimir la circulación, pero lo primero que hizo Macri fue derogarla argumentando que no cumplía con su objetivo. El próximo paso fue aplicar un ajuste, luego de 16 años de tarifas congeladas. En octubre de 2008, la tarifa para los autos trepó de 50 centavos a 1 peso (100 por ciento) y en las horas pico a 1,50 (200 por ciento). Las motos pasaron de 0,25 a 0,50 (100 por ciento) y en las horas pico a 1 peso (300 por ciento). A ese primer ajuste le siguieron otros once, el último aplicado en enero de 2016, ya durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, quien en los últimos días anunció un nuevo ajuste para los peajes porteños con subas que llegan al 83,3 por ciento y que regiría desde el mes próximo. En el caso de la autopista Illía, la tarifa para los autos en horario no pico trepará de 10 a 17 pesos (70 por ciento) y en horario pico de 15 a 25 pesos (66,6 por ciento). En el acumulado, la cifra genera escalofrío, una vez aplicado el próximo aumento la tarifa en la autopista Illía para los autos se habrá elevado en menos de diez años de 0,50 a 17 pesos en hora no pico (3300 por ciento) y de 0,50 a 25 pesos en hora pico (4900 por ciento). Para las motos, en el mismo período el peaje subió de 0,25 a 8 pesos en hora no pico (3100 por ciento) y de 0,25 a 10 pesos en hora pico (3900 por ciento).    

En el peaje Avellaneda de la autopista Perito Moreno y en el peaje Dellepiane de la 25 de Mayo, la tarifa para los autos en horario normal subirá de 25 a 40 pesos (60 por ciento) y en horario pico de 30 a 55 (83,3 por ciento), acumulando desde octubre de 2008 ajustes de 1900 y 2650 por ciento, en cada caso. Para las motos, la tarifa en horas no pico aumentará de 10 a 15 pesos (50 por ciento) y en horas pico de 15 a 25 pesos (66,6 por ciento), llegando a 1400 y 2400 por ciento, respectivamente.

El otro ajuste tendrá lugar en la bajada Alberti de la autopista 25 de Mayo, donde la tarifa no varía según la hora del día. Para los autos, subirá de 8 a 13 pesos (62,5 por ciento), mientras que para las motos trepará de 5 a 8 pesos (60 por ciento). En el primer caso, la suba acumulada llega al 3150 por ciento y en el segundo a 3900 por ciento. No hay índice de precios local, privado ni público, que acumule un aumento similar en igual período. A su vez, el nuevo ajuste llega con una yapa ya que en las autopistas Illía, Dellepiane y Perito Moreno la hora pico, la de precios más caros, se amplía una hora. En lugar de 7 a 10 (camino al centro) y de 17 a 20 (camino a Provincia), será de 7 a 11 y de 16 a 20, siempre en días hábiles. Por lo tanto, serán más los que paguen la tarifa más cara.

Taxis

El último aumento del taxi fue el 12 de noviembre. La bajada de bandera trepó ese día de 20,2 a 23,20 pesos y la ficha, equivalente a 200 metros de recorrido, subió de 2,02 a 2,32 pesos (14,9 por ciento), mientras que en la franja nocturna (de 22 a 6 horas) la tarifa es un 20 por ciento superior.  El ajuste fue autorizado por el gobierno porteño y ya son trece las subas desde que el PRO se hizo cargo de la gestión municipal, hace nueve años, con un incremento acumulado de 648,4 por ciento para el horario diurno. A su vez, para quienes viajan a la noche la suba es mayor porque cuando Mauricio Macri se hizo cargo del gobierno de la Ciudad en diciembre de 2007 había una sola tarifa durante todo el día. En noviembre de 2010 la legislatura porteña aprobó la ley de taxi que encareció un 20 por ciento los viajes nocturnos a partir del 1 de marzo de 2011. Por lo tanto, el aumento acumulado durante la gestión PRO para quienes viajan de noche llega al 797 por ciento. Esa ley también incorporó un recargo adicional de 6 fichas (13,92 pesos) cuando se llama a un radiotaxi. Eso significa que quien hoy llama a un radiotaxi después de las 22 horas, paga una tarifa que en algunos trayectos llega a ser más de 1000 por ciento más cara que hace nueve años. Por ejemplo, en enero de 2008, un viaje a la noche en taxi desde el Obelisco hasta la estación Constitución costaba 7,13 pesos (la bajada de bandera más 13 fichas). Ese mismo trayecto, con el costo adicional de la franja nocturna y el radiotaxi, cuesta hoy 80,6 pesos, un 1030,4 por ciento más. Si el trayecto es más corto, la incidencia de la bajada de bandera y el recargo por radiotaxi crece y el porcentaje de aumento acumulado en nueve años es todavía mayor, mientras que en los viajes más largos esa incidencia es menor y el porcentaje de aumento acumulado se reduce. Un ejemplo de un viaje largo puede ser entre el Obelisco y Cabildo y Juramento. En enero de 2008 ese tramo costaba 21,39 pesos (la bajada de bandera más 59 fichas) y hoy vale 160,1 pesos de día (648,4 por ciento más) y 191,8 pesos de noche (796,7 por ciento más). Si se suma el adicional por radio taxi, el precio del viaje llega a 174,2 pesos de día (714,4 por ciento más) y 208,5 pesos de noche (874,7 por ciento más).

Subte

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se hizo cargo de la gestión de los subtes porteños el primer día hábil de 2012 y cuatro días después subió el pasaje de 1,10 a 2,50 pesos, un 127 por ciento. En noviembre de 2013, lo ajustó otro 40 por ciento, elevando la tarifa a 3,50 pesos, pero para contener las críticas aseguró que los beneficiarios de planes sociales, desempleados y todas aquellas personas que pudieran probar que se encuentran en situación de indigencia seguirían pagando 2,50 pesos. En marzo de 2014, el PRO volvió a subir el pasaje, en este caso de 3,50 a 4,50 pesos (28,6 por ciento) y el 1 de noviembre del año pasado, luego de una larga disputa judicial, aplicó un nuevo ajuste y llevó la tarifa a 7,50 pesos, convalidando una suba de 582 por ciento en apenas cuatro años, contra una inflación que en el mismo período, según distintas estimaciones privadas, no superó el 250 por ciento.

El 30 de diciembre del año pasado, apenas dos meses después del último incremento, el gobierno porteño publicó en el Boletín Oficial el nuevo tarifario ordenado por Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase), que elevó la tarifa técnica de 13,37 a 15,80 pesos. Esa cifra surge de dividir el total de gastos operativos (4.726,6 millones de pesos anuales) por la cantidad de pasajeros anuales (298,6 millones). A ese precio luego se le descuenta lo que se cubre con subsidios, y así se logra el precio del boleto. Con la nueva tarifa técnica, el pasaje se iba a ir de 7,50 a 10 pesos, pero luego de las críticas recibidas por anunciar un nuevo ajuste dos meses después de haber aplicado el último, el gobierno porteño dio marcha atrás y postergó la decisión, pues aseguró que falta tener en cuenta “nuevos datos técnicos”.

Inmobiliario y ABL

Según datos de la Dirección General de Gestión Pública y Presupuesto del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la recaudación porteña correspondiente al Alumbrado, Barrido y Limpieza y al impuesto Inmobiliario trepó de 723,9 millones en 2007 a 8008 millones el año pasado, un 1006,2 por ciento más en nueve años, muy por encima de la inflación. Esa suba se basó casi exclusivamente en los ajustes aplicados. A su vez, para este año el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta anunció incrementos de hasta el 38 por ciento, pese a que desde el gobierno nacional insisten en que la inflación está en retroceso y no debería superar el 20 por ciento.

En las cuentas anuales de inversión de la Ciudad, que contienen los estados contables consolidados, se puede ver como evolucionaron el ABL y el Inmobiliario por separado, pero sólo hasta 2015. En el caso del ABL, en 2007 se recaudaron 333,2 millones de pesos y en 2015 esa cifra trepó a 3422,1 millones, un 927 por ciento más en ocho años, mientras que el Inmobiliario trepó de 370,9 a 3590 millones de pesos en el mismo período, un 898 por ciento. Eso significa que fue mayor el aumento de la tasa de los servicios públicos municipales que el gobierno les cobra a todos los vecinos que el ajuste inmobiliario que impacta sólo sobre los propietarios urbanos.

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