El organismo advirtió que la economía caerá un 2,8 por ciento este año, un 0.9 por ciento más que en la última predicción de septiembre, y un 1,9 por ciento en 2019, 1,8 por ciento más que hace dos meses. La clave de la recesión radica, según la OCDE, en el endurecimiento de las políticas fiscales y monetarias implementadas por la alianza gobernante, que encabeza Mauricio Macri.
Muy atrás parecen haber quedado aquellos días de mayo en que el organismo vaticinaba que la Argentina crecería el año próximo 2,5 puntos, y en que el Gobierno afirmaba que el país sería el próximo miembro permanente de la OCDE. Aquel pronóstico de hace seis meses fue rebatido hoy por el mismo organismo, que alertó que recién en 2020 se podría llegar a ver un repunte del 2,3 por ciento del PBI, aunque el vaticinio también se podría ver afectado por una contracción de la demanda interna mayor de la prevista durante 2019. El informe difundido hoy significa un importante cambio de proyecciones, dado que en el informe anterior el mismo organismo había pronosticado que el país tendría una expansión del 0,1 por ciento en 2019.
Las conclusiones del informe anticipan el impacto real que tendrá la profundización del ajuste fiscal que impulsa Macri para llegar al equilibrio de las cuentas públicas en 2019 exigido por el FMI y el endurecimiento de la política monetaria con tasas de interés récord que el Banco Central puso en marcha el 1 de octubre. Mientras tanto, Dujovne renovó las promesas argentinas durante una reunión con el secretario general de la OCDE, Ángel Gurria, ante quien ratificó el plan de acción de Argentina con el organismo.
"Cuando pase esta tormenta, veremos fundamentos macro mucho más fuertes, una economía más competitiva, un país con instituciones más fuertes; y los mismos deseos y convicciones de crear mejores oportunidades para nuestros ciudadanos y una Argentina más fuerte y estable, lista para tener un papel activo y positivo en la comunidad internacional", señaló Dujovne.
Minutos después, la OCDE subrayaba el deterioro de los indicadores sociales que ponen en juego el crecimiento prometido. Sin embargo, el organismo volvió a sacar a relucir su manual neoliberal al destacar que “son necesarias la consolidación y la política monetaria restrictiva para reducir los persistentes desequilibrios fiscales y de la cuenta corriente”.
"Esto y una mayor independencia del Banco Central, si se implementa, ayudará a restaurar la confianza. Además, una mejor cosecha y un tipo de cambio real más bajo apoyarán un crecimiento más fuerte las exportaciones", sostuvo el organismo que, en julio de 2017, recomendó al Gobierno argentino flexibilizar el mercado de trabajo, privatizar empresas, eliminar los subsidios a la energía, recortar el empleo público, elevar la edad jubilatoria para las mujeres, sostener la política de altas tasas, mejorar el clima de negocios y profundizar la apertura comercial.